A comienzos de julio, se confirmó que el club volvía a manos de talquinos. La sociedad encabezada por Ricardo Cruz, logró recuperar la institución, dejando atrás el periodo en que el rojinegro fue manejado por el argentino Ricardo Pini.
Pues bien, a partir de este cambio de propietarios, en el horizonte de Rangers, aparecen una serie de desafíos y por lo mismo, un abanico de posibilidades para convertir a la escuadra maulina, en lo que su fiel y numerosa hinchada siempre ha demandado: un equipo poderoso, respetado en el medio nacional y con un fuerte arraigo e identidad.
Lo primero, lo urgente, lo inmediato, es armar un plantel competitivo que pueda pelear por algo en lo que Rangers históricamente ha sido existoso: el retorno a primera. Por ahora, han llegado buenos nombres, jugadores de experiencia, que debiesen permitir a los talquinos, estar en la pelea. Nadie puede asegurar un ascenso inmediato, menos cuando esta temporada solo hay un cupo para regresar al fútbol grande.
En paralelo a esa gestión, viene un trabajo aún más relevante, fundamental para el sello que se pretenda establecer en el mediano y largo plazo. Por décadas, las series menores han sido relegadas a segundo plano. Esa situación debe cambiar radicalmente. La apuesta mayor, la mayor cantidad de recursos, el foco del esfuerzo, debe estar en los cadetes. Suena cliché, pero las nuevas generaciones son el futuro y apostar por su formación, será siempre inversión, no gasto.
El trabajo con jóvenes valores tiene varias ventajas. Un canterano de buenas condiciones, puede ser el día de manaña un buen negocio. Con la globalización del fútbol, los jugadores son seguidos desde muy pequeños, incluso algunos no alcanzan a debutar en el primer equipo. Por ejemplo, Iván Ledezma, figura en el título sub 19 de Cobreloa, está hace rato en la mira de la Lazio. Los últimos valores de real proyección de Rangers fueron Nicolás Peric y Carlos Garrido y de eso ya ha pasado mucho tiempo.
Asimismo, un profesional formado en casa, genera identidad. El mayor problema en la era Pini, fue la pérdida de los valores fundacionales del club, fruto de una visión netamente económica de lo que significa la actividad. Los nuevos dueños no deben olvidar que el fútbol tiene un componente social. Recomponer lazos con los talquinos debe ser prioritario y que mejor forma de hacerlo, que abriendo las puertas para que las jóvenes promesas de las diversas asociaciones de Talca, tengan como norte llegar a Rangers, porque Rangers debe transformarse en semillero, debe ser visto como el anhelo de todo joven talquino que sueña con llegar al profesionalismo.
Para conseguir lo anterior, no alcanza solo con las buenas intenciones. Los recursos, por definición, siempre son escasos, pero de ahí surge la obligación moral y económica de focalizarlos de buena forma. Modelos de éxito existen. O’Higgins, que hace poco ganó su primera liga nacional, desde hace varios años, invierte en el fútbol joven. En el recientemente inaugurado Monasterio Celeste, no solo están todos los requerimientos para un trabajo de primer nivel de los adultos, también tiene un rol central, la infraestructura destinada a cadetes. Resulta clave para la institución, que el día de mañana, Rangers llegue a contar con un recinto de similares características, que sea orgullo de todo aquel que se identifica con la rojinegra.
Por último, Cruz, Parot, Novoa, Yunge y compañía, deben acercar nuevamente al hincha al estadio. Una campaña de abonos como la que ya está en marcha, es un buen comienzo. Los precios son razonables y seguramente tendrá una buena acogida en la ciudad y en la región, ya que Rangers trasciende a Talca. En segundo lugar, nunca más se debe “castigar” y ofender gratuitamente a los hinchas. La galería es y ha sido siempre del seguidor rojinegro. Nunca más puede ser entregada a la barra visita. Lo acaecido ante O’Higgins y Universidad Católica debe quedar en el pasado, como parte de un negro recuerdo que no puede volver a suceder. Finalmente, en la conciencia de quienes manejan a Rangers, debe entenderse que el club no es un fundo, no puede ser utilizado para empresas personales de ningún tipo, pues llegó la hora de pensar en grande y dejar atrás las mezquinas divisiones que llevaron a entregar a extranjeros, un patrimonio de todos los talquinos.