Domingo 15 de diciembre de 2019, 15:30 horas, una fecha que debiese estar registrada en los anales del fútbol chileno, en las bitácoras históricas de nuestro balompié para convertirse en un faro guía para salir de la telaraña cada vez más enrevesada en la que se embulle la actividad en nuestro país.
Domingo 15 de diciembre de 2019, 15:30 horas, una multidud ruge, el alma de una ciudad se concentra en su principal recinto deportivo, uno de los más imponentes del país. Hay ansiedad, hay expectativa, hay ilusión, hay nerviosismo, tensión; un estadio teñido de lila.
Domingo 15 de diciembre de 2019, 15:30 horas, suena el pitazo y ya se enfrentan por la Tercera División, sexta fecha de la liguilla, Deportes Concepción y Deportes Limache. 25 mil personas alientan en Collao, con la esperanza de regresar al profesionalismo, luego de aquella bullada desafiliación en abril del 2016.
Los hinchas se concentran en lo que pasa en el terreno de juego, pero hay dos en particular, que lo sufren con especial tensión. En sus cabezas, aún resuena la frase, “la entidad organizadora asume la responsabilidad absoluta por cualquier tipo de desorden, daño o perjuicio que pudiere producirse, antes, durante o después del desarrollo del evento, en consideración al informe de Carabineros”.
Atrás han quedado semanas de agotadoras e intensas gestiones, todo para conseguir una autorización que por aquellos días parecía, simplemente, una locura. El país está en un estado de conmoción total, en medio de un estallido social a largo de todo el territorio nacional; se suceden las protestas, los ánimos están caldeados, hay también esperanza de un país mejor.
El informe de Carabineros es contundente: no están las condiciones para destinar personal policial para resguardar la seguridad en un evento masivo de tales proporciones. Las fuerzas policiales concentran su contingente en labores destinadas a contener la expresión de las masas. El fútbol es totalmente secundario.
Contra todo, la directiva de Deportes Concepción logra que se autorice el partido. Sus principales dirigentes, Víctor Tornería, por aquel entonces presidente y Daniel Ramírez, vicepresidente, ponen parte del “pellejo” en juego. Ante cualquier desmán, la dirigencia que encabezan tendrá que responder.
“Hay que recordar el contexto de ese partido, post estallido social y con el fútbol profesional detenido sin la capacidad de organizar un partido. En Concepción tuvimos que jugar el último partido de la fase regular sin público frente a Municipal Santiago (3/11/2019). Ya en la liguilla final se jugó contra Ovalle y Trasandino sin Carabineros, con 6 mil y 7 mil personas, respectivamente. Eso fue el respaldo para jugar el partido frente a Limache sin resguardo policial y el directorio del club social asumiendo toda la responsabilidad en caso de incidentes, claro después como se ganó y no pasó nada, todos – autoridades- se hicieron parte del éxito”, recuerda Tornería, consultado sobre aquella jornada por PrimeraBChile.
“No fue un trabajo sencillo, sobre todo por el momento que estaba viviendo Chile, estábamos todos en conocimiento público de lo que estaba sucediendo y el acontecer nacional de lo que estábamos viviendo como país, lo cual involucraba a todos los estamentos de Chile, el momento fue muy difícil”, respalda Ramírez.
Tras 90 minutos de lucha, llega el pitazo final y el retorno lila al profesionalismo. 3 a 2 se impone el “León” en una victoria que destacan los principales medios nacionales. Los focos apuntan a la gesta deportiva de un equipo que tres años y medio antes había sido catalogado de “inviable” por el consejo de presidentes del fútbol chileno. Pero hay una victoria mayor, es la victoria de la educación, del civismo, del respeto, del diálogo y del entendimiento; un triunfo en toda esencia. 25 mil personas desatan una fiesta cuyo orden queda establecido por las mismas reglas que la multitud dispone.
“Cuando me refiero a que jugamos sin Carabineros, no me refiero a que hubo un mínimo personal, en el contexto nacional que vivíamos, Carabineros tenía labores 24/7 y, prácticamente varios meses seguidos -nos dijeron- no daba el dote policial para reunir ni siquiera a la mínima cantidad de contingente para albergar un evento deportivo como este. Cuando me refiero a que jugamos sin presencia policial, es no había presencia policial y eso lo declaran en los documentos que tuvimos que firmar, donde nos declarábamos nosotros absolutos y total responsables de la organización del partido y de cualquier problema que hubiese respecto al mismo. No hubo presencia policial ni el estadio ni en los alrededores”, recuerda Ramírez, dirigente surgido de las bases mismas de la hinchada del “León” de Collao y quien, con particular fuerza, se había empeñado en sacar el partido adelante.
“Hicimos la tarea larga, reunimos a la gente y explicamos, por todos los medios además, que esto tenía que ser una fiesta deportiva, como siempre ha tenido que ser el fútbol y que teníamos que estar a la altura, como hinchas, ciudad, asistentes al estadio, de todas formas. Creo que lo logramos, cumplimos con todas las exigencias que se nos solicitaron, no había policías en el estadio y sus alrededores, era un momento delicado para el país y no estaban disponibles, cumplimos, no fue sencillo, requirió mucha gestión pero para nosotros era de vital importancia que el partido se jugara con toda nuestra hinchada, el “Conce” siempre ha tenido al jugador número 12″, añade.
Pero el éxito de la jornada no había sido fruto de la casualidad. Además del trabajo específico realizado para el partido y del mensaje que se envió con claridad a los hinchas, llamando a la responsabilidad, la directiva de Tornería, Ramírez y compañía, genuinos hinchas del cuadro penquista, estaban empeñados hace rato en la reconstrucción del tejido social necesario para todo club deportivo que pretenda ser realmente grande.
“Tratamos de acercar a la ciudadanía en sí, dijimos, Deportes Concepción necesita no solo a sus hinchas, si no que se necesita que tenga nuevos hinchas, nuevos adeptos, los de antes, quizá decepcionados, y eso lo logramos de alguna manera, tratando de ser lo más social posible. Hacíamos campañas de abrigo, recolección de juguetes, visitábamos instituciones, colegios, instituciones educacionales, fuimos al hospital, adopciones de mascotas, tributos o bandas emergentes que pudieran tocar en el estadio, incluso abrimos distintas ramas deportivas para que si a ti te gusta quizá el running, pudieses tener una instancia para que te pudieras acercar a Deportes Concepción”, rememora Ramírez.
“Las corporaciones pueden hacer la parte social de fútbol con campañas solidarias, navidades y actividades más allá de los 90 minutos del estadio. Las SADP deben buscar alianzas con las corporaciones y trabajar juntos, además de tener planes para acercar al hincha al estadio, partiendo por no cobrarle a los niños al menos hasta los 12 años o cosas tan simples como tener confort en baños limpios, que el fútbol sea un experiencia buena para la familia, pero hoy a algunos clubes les sale más barato no tener hinchas”, manifiesta Tornería.
No obstante la potente muestra de cultura deportiva que regaló la ciudad de Concepción en aquella oportunidad, la enrevesada telañara que cubre al fútbol chileno, sigue extendiéndose. Deportes Concepción tendrá que jugar este domingo, un duelo clave en la lucha por llegar a Primera B en el estadio Soinca, versus Deportes Melipilla sin sus hinchas. Las autoridades, pese al pedido del club local y las gestiones del propio Deportes Concepción, le dieron un portazo al ingreso de los hinchas visita.
Ramírez y Tornería lamentan de manera especial esta triste decisión. “Me da un poco de tristeza, un poco de frustración porque no tiene ningún sentido que pongan tanta trabas para los aforos”, reconoce Ramírez. “Los hinchas son la esencia del fútbol, no creo que haya un jugador que no le guste un estadio lleno, con un ambiente ensordecedor, un ambiente de fútbol, así se vive en los mundiales, torneos importantísimos a nivel mundial. En verdad, es la poca preocupación que existe detrás de realmente querer escalar en nuestro fútbol”, agrega.
“Melipilla como club organizador puede hacer lo que quiera, otra cosa es la gran problemática en Chile de la falta de estadios y todos miran para el lado. El mismo caso de Melipilla, cuando yo era más joven fui al Roberto Bravo, un buen estadio que por temas externos al parecer tiene para rato de reconstrucción. Ni hay estadios en Chile para 45 equipos profesionales y ese problema con el pasar de años será aun peor”, apunta Tornería.
“Para la autoridad el fútbol es un cacho y no los culpo por tener esa visión, si los equipos tampoco están entregando nada a la sociedad más allá de los niños y niñas de cadetes, no hay vinculación fútbol – gobierno”, sintetiza.
La telaraña crece y crece, pero un fútbol distinto es posible…
Sigue nuestro canal de whatsapp para mantenerte informado del deporte nacional e internacional y principalmente de las noticias del mejor campeonato de fútbol del país, la Primera B Chile.
LEE TAMBIÉN:
Deportes Concepción acusa discriminación y cuestiona el estadio de Deportes Melipilla
