“Están en el suelo”, “claros candidatos a caer a la Segunda División”, “panorama para los hinchas quillotanos, tal como en el resto del fútbol chileno, es sombrío: no pueden apoyar a su club ni tampoco desahogarse en el estadio contra quienes los tienen en este comatoso estado”.
Esas son solo algunas de las reflexiones que incluye la columna de Andrés Solervicens@asolervicens, en la edición de hoy de El Mercurio, advirtiendo sobre el pésimo momento que vive San Luis de Quillota, penúltimo en el torneo de la B (el último, Vial, aún no ha debutado y tiene nueve partidos pendientes) y recientemente eliminado por Deportes Recoleta, elenco de Segunda División, en Copa Chile.
El columnista pone el acento especialmente en la forma en que se está manejando el club. “Los sanluisinos ni siquiera saben a quien reclamarle, porque los verdaderos dueños de la sociedad anónima deportiva ni se asoman por la región”, acusa.
Agrega que “Y eso que San Luis tuvo un presidente de alto perfil: el periodista Germán Paoloski, quien junto con mostrar un tazón con la insignia del club en un programa de televisión y visitar un par de veces el estadio Lucio Fariña, se cansó de explicar que no tenía ninguna injerencia en la marcha del equipo, que ocupaba el cargo de manera simbólica y que llegó casi por una broma. Eso, hasta que renunció hace un mes, dejando a los fanáticos reclamando la falta de seriedad al viento, si nadie que dé la cara“, concluye.
Fotografía Prensa San Luis/Alexis Chávez-Archivo.
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