A diferencia de los años anteriores, en los que la directiva de Rangers aseguraba haber armado un plantel para ir por el ascenso, situación que estuvo lejos de ser cierta, este semestre, al informar que bajaría la planilla y que el equipo en realidad no sería de los más potentes de la categoría, en la práctica, ha cumplido.
Rangers, que ya va para los cuatro años en la B, es un elenco que tiene pocas variantes y que seguramente jugará en el presente torneo solo por cumplir. Venía de caer dos a cero en Puerto Montt, por lo que necesitaba sumar de a tres para recuperar terreno.
Pero Unión San Felipe sacó la tarea adelante y de no ser por un polémico gol – en las huestes del Valle del Aconcagua dispararon contra el arbitraje – perfectamente se pudo llevar los tres puntos desde la capital del Maule. Temprano, un ex rojinegro, Miguel Ángel Orellana, abría la cuenta. Se jugaban los 7′ de partido, Guzmán contenía el penal ejecutado por el delantero del Uní-Uní, pero en el rebote, Orellana adelantaba a la visita.
Rangers intentó cambiar su suerte pero ocasiones claras de gol no se generó. Triangula bien, hace circular el balón, pero no tiene profundidad ni jugadores desequilibrantes. Tampoco un plantel que permita recurrir a la banca cuando un compromiso se complica. Salvo una dudosa caída en el área de Sergio Comba, la que pareció penal, el rojinegro no inquietó a la retaguardia albirroja durante el primer tiempo.
En la segunda mitad la tónica siguió siendo la misma. Poco fútbol en una cancha que además estaba resbaladiza, producto de la tímida lluvia que cayó en Talca en la jornada sabatina. Viendo que se le iba el partido, Luis Guajardo optó por meter a Nino Rojas para que fuera a chocar con los centrales. Y así, tras un balón aéreo que peleó el atacante y que fue mal rechazado por el golero Andrés Fernández, Nicolás Rivera remató con arco prácticamente desprotegido, un defensa se cruzó y en el rebote, Carlos Soza pudo igualar.
No hubo mucho más que contar, salvo los siete minutos de agregado y el cabezazo en el travesaño de Sergio Comba. Hubiese sido mucho premio para los piducanos. Empate a uno y los poco más de mil hinchas talquinos que se fueron del recinto con la sensación de un buque a la deriva, no por responsabilidad de su técnico, si no que por falta de una clara política y orientación en el club. En Unión San Felipe en tanto, descargaron sus críticas contra el arbitraje, algo de lo que ya hablaremos en detalle.
Fotografía www.diarioelcentro.cl
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