El argentino Juan Carlos Almada es un nombre que se asocia a la palabra gol. Que lo digan sobretodo los hinchas de Universidad Católica, cuadro que defendió entre 1992 y 1993 y con el que protagonizó una memorable campaña en la Copa Libertadores del 93′, llegando a una recordada final frente a Sao Paulo, en la que los cruzados finalmente se inclinarían ante el poderoso cuadro paulista.
Almada fue el goleador de esa participación copera de la UC. Con 10 tantos, fue el máximo artillero de la cita internacional. Tras su paso por Chile, donde defendió también a Fernández Vial y Deportes Concepción, emigró a Emelec. Una lesión de ligamentos cruzados complicó todo, fue operado cuatro veces pero nunca se recuperó, pasó por Deportes Concepción fugazmente; apenas tres meses, luego Olimpo de Bahía Blanca. Sería una de sus últimas camisetas.
“De ahí decidí ser entrenador, yo no dejé el fútbol, el fútbol me dejó a mí por una lesión”, asegura en conversación desde Argentina, en exclusiva para www.primerabchile.cl
Hoy dirige en el norte de su país, en la provincia del Chaco, que el mismo define como “muy futbolera”. No está en un club de renombre- Atlético Charata– si no en el “barro que es mucho más díficil”, asegura. Belgrano de Santa Rosa, del Federal A, Defensa y Justicia en el Nacional B y un periplo por Ecuador, en Esmeralda de la tercera división, marcan su derrotero como estratega
Alejado de Chile, tiene un vínculo inquebrantable con esta larga y angosta faja de tierra. Su hija nació en Concepción, donde además tuvo una breve experiencia en Naval, cuadro al que dirigió en 2010. “Habré estado siete partidos, me agarró el terremoto, la campaña no era ni buena ni mala, se me habían ido todos los jugadores por el terremoto, hasta mi ayudante de campo y mi familia preocupada, pidiéndome volver, hasta hoy me arrepiento”, revela.
Por ahora aguarda por esa oportunidad, que dice merecer por trayectoria y capacidad. Como futbolista no tuvo representante, como técnico también prefiere manejarse por las suyas, asumiendo los costos de esa decisión. “Creo que hay entrenadores con mucho menos recorrido que yo que han dirigido y lo siguen haciendo en Chile, estoy en una edad muy buena, con 52 años, solo falta el llamado del algún club, conozco Chile de punta a punta, sé todo, donde vaya de la segunda división de Chile, seguramente me voy a encontrar con algún jugador o ex compañero que me va a poner al día”.
Con esa confianza, detalla sus expectativas si consigue club . “Sería espectacular para mi reinsertarme en una segunda división para aspirar a dirigir en la primera en Chile, no tengo ninguna duda que va a ser así. El tema es que confíen, no tengo que adaptarme a Chile”
Paradojas del destino, esa puerta por ahora sigue cerrada, tanto o más que la que abre el profesionalismo para los dos clubes de la octava región que defendió: Fernández Vial, hoy en Tercera A y Deportes Concepción, desafiliado. “En Concepción, que creo es donde más cariño la gente me tiene, me da una lástima enorme, lo de Vial fue fugaz, post-operación, intenté volver a mi casa, Deportes Concepción, lo único bueno que me quedó fue que hice mi último gol como profesional”.
Triste presente de dos clubes históricos del fútbol chileno que tiene su símil con una Universidad Católica que protagoniza un negro 2017. Eliminada de Copa Libertadores en fase de grupos, eliminada de Copa Chile y ya casi sin opciones de pelear por el título del transición. “No se puede ganar siempre, la deuda que tiene el club son los campeonatos internacionales, hay que insistir e insistir, tendrían que estar los mejores jugadores del país en Católica para intentar mantenerse y ganar campeonatos, aspirar a lo internacional”, concluye Almada.
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