Cobreloa lucha por salir de la Primera B, categoría en la que cayó por primera vez en la temporada 2014-2015 y de la que no ha logrado escapar desde entonces. Por el norte del país, pasaron César Vigevani, César Bravo e interinamente, Rodrigo Meléndez, quienes no pudieron sacar al equipo del ascenso.
Por eso a mitad de la temporada pasada asumió José Sulantay quien regresó al fútbol con el propósito de reposicionar al gigante minero entre los grandes de Chile. Ha sido desgastante, levantó a un equipo que estaba en los últimos lugares pero aún no es suficiente. 2018 ofrece mayores opciones de ascenso, por el sistema de campeonato, pero Sulantay no tiene decidido si continúa.
“Tendría que pensarlo mucho, me costó reintegrarme al fútbol, ser competitivo. Son muchas las cosas que tuve que dejar en Coquimbo, entonces dos años seguidos me puede causar problemas en mi futuro allá. Eso habrá que verlo, si hay buenos proyectos y están los recursos para hacer ese proyecto podría ser una cosa importante. El club no estaba en condiciones, ha costado pero hemos abierto un camino, ha quedado demostrado que si Cobreloa se refuerza un poquito y sigue proyectando chicos de las menores puede volver a ser el Cobreloa que en Santiago no gusta mucho”.
En ese mismo sentido, agregó que “los arbitrajes han sido malísimos, hay que decirlo, siempre contra nosotros, también hay que cuidarse de eso, de porqué los equipos grandes no quieren venir para acá, hay una presión que yo la siento”, expresó.
Sobre la responsabilidad que significa dirigir a un club en el que las exigencias siempre son altas, Sulantay indicó que “no desgastante pero me ha complicado, pensaba tener un año más tranquilo, dirigir pero más tranquilo. Ha costado, estar solo, venir aquí a luchar y de repente encontrar tropiezos aquí mismo, parte grande de la prensa, parte grande del público que no entiende todavía que Cobreloa está en segunda y hay que luchar mucho para llegar arriba. Caerse no cuesta nada, la cosa es subir, no tienen que olvidarse que este equipo era semi-colista cuando llegué aquí, de repente te exigen más de la cuenta, eso te desgasta un poquito”.
En relación a las opciones de ascender este semestre, el técnico se mostró escéptico. “Pienso que podemos hacer una gran campaña y llegar arriba, están pensando todos igual pero también todos los que son fríos en esto, la situación va a ser muy difícil. Jugar de nuevo con Arica, después puede ser con Wanderers, equipos que están en primera división, la vuelta es dura para el equipo que va a pelear el ascenso. Ahora, estar involucrado arriba, que el equipo se solidifique, que los jóvenes también vayan creciendo, se puede mirar un futuro ya con la idea que este equipo tiene que estar en primera“.
Por último, el experimentado director técnico se refirió a cuanto pesará en su futura decisión, si logra ascender al término del transición. “Subir no más, ya sería fabuloso, es un año más lindo de fútbol para Cobreloa pero un año menos de vida para mí”, sentenció.
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