San Marcos soportó un viaje de 15 horas en bus hasta Copiapó, donde pernoctó el viernesm para el sábado medirse en Caldera con el local, Deportes Copiapó. Los “Bravos” venían de igualar en casa como frente a Unión San Felipe y buscaban recuperar la senda de los triunfos. En definitiva, fue empate en blanco.
“Si bien jugando de visita un punto no es malo, veníamos a buscar otra cosa, queríamos recuperar los puntos perdidos el partido pasado de local. Se hizo imposible, un reducto muy difícil, el pasto, el viento, el sintético. Estuvimos más ordenados que en otros partidos que jugamos de visita, nos faltó un poco de peso ofensivo”, apuntó el técnico de los ariqueños, Ariel Pereyra.
En ese mismo sentido, el estratega agregó que “se armó un plantel con toda la humildad que se merece, para intentar saltar esta final saliendo campeón. Habíamos tenido unas visitas que nos habían propinado goleadas, vinimos a plantearlo de otra manera, más sólido, nos faltó un poco de peso ofensivo, pensando que en el segundo tiempo lo íbamos a lograr. El balón corría muy rápido me dicen los jugadores, tuvimos tres o cuatro oportunidades que no pudimos concretar”.
Las palabras del entrenador de San Marcos contrastan con las declaraciones de Erwin Durán, quien aseguró que el “Santo” solo se defendió durante los noventa minutos de partido. El próximo rival de los nortinos será Ñublense en condición de local.
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