El delantero uruguayo Leandro Reymundez, no lo está pasando bien en Uruguay. Luego de dejar Cobreloa a mitad de temporada, el atacante tuvo un fugaz paso por Deportivo Maldonado de su país natal. Sin embargo, hoy se encuentra sin club; de hecho, si no ficha de cara a la temporada 2019, dejará el fútbol.
Así lo revela en conversación con Primera B Chile. “El fútbol me ha dado momentos muy lindos, únicos, gracias a Dios he jugado en varios lados, pero cuando he tenido la posibilidad de crecer en mis picos más altos, en mis mejores momentos, ahí han pasado cosas por las cuales hoy, me dan ganar de dejar lo que más amo”, relata desde Uruguay, el charrúa.
“Cosas extra fútbol que el jugador no puede manejar, nunca pude dar ese salto que siempre quise, yo y mi familia que es la que me ha apoyado siempre, en este momento tengo un pie afuera de las canchas”, agregó.
Con ese panorama, centra sus esperanzas en algún llamado desde Chile, donde asegura, el futbolista puede concentrarse solo en lo que pasa en cancha, a diferencia de lo que hoy se vive en Uruguay.
“Me encantaría, seguiría jugando en caso que me salga algo de Chile, por todo lo que significa para mi, primero que nada Chile es un país hermoso, donde el fútbol es súper profesional, dormís tranquilo sabiendo que vas a tener la plata mes a mes. Uno que se va lejos de casa y tiene hijos, es fundamental para poder pensar solo en rendir dentro de la cancha. Esa es la triste realidad del fútbol uruguayo, muchos jugadores ni piensan en lo deportivo, sabiendo que van a cobrar por mes y tienen familia detrás. Eso genera una presión inconsciente que te lleva a bajar el rendimiento”.
Vertiginosa fue su salida de Cobreloa. El por entonces técnico, Rodrigo Pérez, aseguró que el futbolista no estaba en sus planes como refuerzo para la temporada 2018 y que incluso, se fue sin despedirse. “Rodrigo Pérez, si dijo eso, mintió, yo fui a despedirme, lo pueden confirmar todos mis compañeros, anduve de apuros haciendo muchos trámites y llegué sobre la hora al vestuario, ese día entrenaban a las cuatro en el estadio de Cobreloa, pero cuando se entrena en el estadio nos cambiábamos en el complejo donde se entrena diario y de ahí en los autos nos íbamos al estadio, llegué, me despedí de mis compañeros, de los funcionarios y cuando fui al vestuario de los entrenadores, ya no estaban, estaban en el estadio. Si les molestó, les pido perdón, no soy esa clase de persona, pero el actuó mal hablando públicamente cosas que no tenía ni idea, pero me da igual, yo duermo tranquilo”, relató Reymundez.
“Me da igual lo que haya hablado Rodrigo Pérez, él es el que queda mal, después de que lo despidieran, hablando de los jugadores, no importa si era prioridad o no, yo llegué a Cobreloa de todas formas, y él, cuando anduve bien, estuvo contento, incluso el presidente y los directivos…la verdad no tengo nada contra él, me pareció buen entrenador y buena gente”.
Por último, detalla los motivos de su partida de la escuadra minera. Iban cinco fechas jugadas, me llaman dos días antes de cerrar el periodo de pases, el club necesitando un jugador de mis características me ofrece económicamente lo que ellos querían, o lo que había. A mí, sinceramente, no me servía por lo económico pero si por lo futbolístico, ellos jugaron con mi necesidad pero yo acepté, llegué sin pretemporada pero me puse a punto y en dos semanas estaba dentro de las canchas, donde tuve buenos y malos momentos, mi contrato era por un año, y cuando finalizaron los primeros seis meses había que analizar la situación, y económicamente no se servía seguir, al club futbolísticamente tampoco. Llegamos a un acuerdo y me volví a Uruguay ya que tampoco podía jugar en otro club de Primera B, por el reglamento del fútbol chileno”.
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