Por Marco Lantermo
Jovany Campusano es un guerrero granate. Recuerdo una tarde de 2013 en Curicó cuando el “profe” Carmona estaba a cargo del equipo. Empatamos 0 a 0 en La Granja, en la tierra del vino. Jovany ya llevaba jugando un buen tiempo con la casaquilla 14 en la espalda. No recuerdo cuánto. Ya había logrado subir al primer equipo. Quedé impresionado cómo dejó todo en la cancha esa tarde. Corrió, metió, trancó y jugó espectacular. Le dije que era un crack. Tenía 20 años. No me equivoqué.
La Serena no fue más que Curicó, pero logró un empate muy valioso. Estabamos viviendo los peores momentos de la historia del club. Luchando por mantener la categoría. Quedarnos en la B.
Hoy tuve la oportunidad de conocer un poco más de este gran jugador granate e hincha de Club Deportes, al igual que Mauricio Salazar nuestro gran capitán. Como sabemos todos los papayeros, él es quien toma la jineta cuando sale Mauricio de la cancha. Logro no menor. “Es un premio, es un honor”.
Ese es un sueño hecho realidad. Jovany creció yendo al estadio a ver a La Serena. Viendo a Salazar y a otros emblemáticos que alguna vez vistieron la casaca roja como Patricio Rubina y Sergio Vargas. Jugar con Mauricio, aprender de todos sus compañeros, superarse como profesional lo llena de orgullo.
Al igual que otros jugadores de la actual plantilla, una de las menos costosas de la división, siente la camiseta de una forma especial. Se formó en Serena. Pone todo el corazón en la cancha. A mi juicio, una de las razones fundamentales del éxito de los dirigidos por Luis Musrri. Muchos formados en divisiones inferiores.
Hoy me contó que si bien no habían conseguido nada, sí sabían que llegar a esta instancia es un tremendo logro gracias a la humildad y trabajo que los ha caracterizado. Pocos apostaban por ver a La Serena en la final.
Esfuerzo silencioso y con mucho amor al club, la ciudad y su gente. Si a esto le agregamos el tremendo aporte que han sido jugadores como Campana, el “Dome”, Hartard, y los que llegaron con Musrri, se da forma a una combinación que ha traído muchas alegrías a una ciudad que pasó sufriendo los últimos dos años y medio.
En sus palabras: “creo que siempre hemos trabajado con humildad. Nadie pensaba que nosotros ibamos a estar peleando esto. Llegar a esta final es producto del sacrificio del cuerpo técnico y del equipo. Nadie esperaba que estuvieramos en esta instancia”. Y es verdad, esperabamos mantener la división. Algunos exigían algo más, pero sabiendo que era difícil.
“Nosotros hemos logrado que la gente granate vaya al estadio. Eso los llena de energía”, me contaba. Particularmente, cuando La Serena perdió contra Barnechea, de local, por 2 goles a 5, la hinchada gritó todo el encuentro como si fueran ganando. Eso los jugadores lo sintieron como un tremendo apoyo. No importaba el resultado. Importaban los colores. Importaba que los “cabros” estaban dejando todo y daba lo mismo tropezar.
Me contó hoy al teléfono: “el apoyo nos hace fuertes y quiero que sepan que nosotros dejamos la vida en la cancha”. No nos cabe duda que es así. “El equipo esta muy motivado”. Saben que han dado la sorpresa. Que les ha costado mucho llegar acá y no lo van a echar por la borda.
Para terminar, me quedo con estas palabras: “queremos que Serena vuelva a estar de donde nunca debió salir. Somos todos una familia. Un grupo unido con un trabajo sano de dia a dia. Para mí es un honor compartir con Brito y Salazar. Da gusto llegar a entrenar. Con humildad y sacrificio podemos lograr cosas. Queremos lograr el título.”
Que así sea.