En Concepción no se pierden en medio de la pandemia: “Tenemos esa chapa de club social y tenemos que responderle a nuestros trabajadores”

Disputas dirigenciales, peleas de carácter económico, factoring que hacen de las suyas -aprovechando una legislación hecha a su medida- una categoría -la segunda división profesional- totalmente abandonada.

Clubes que se acogen a la Ley de Protección al Empleo y dejan a sus trabajadores con la sola opción de recurrir al seguro de cesantía. En otros reparten utilidades y cero proyecto de futuro.

Es la realidad de una industria del fútbol que pareciera ser, cuantos más millones ingrese, más problemas tiene. La segunda división profesional es uno de los ejemplos más patentes de esta falta de visión de conjunto para desarrollar una actividad eminentemente social.

La categoría, de profesional, solo tiene el nombre. Y no porque los clubes que participen en la división, no pretendan competir profesionalmente. Las razones son otras.

Cero apoyo económico -no reciben dineros por concepto de televisión- sin voz ni voto en el consejo de presidentes, la tercera categoría de Chile deambula sin un derrotero claro, entregada a los designios de dirigentes que no están dispuestos a repartir la torta.

Pero mientras las peleas continúan, en Deportes Concepción abordan las dificultades desde una perspectiva que rinda tributo a su idea: ser un club social.

“Hay que ser y parecer, somos un club social, tenemos esa chapa de club social y tenemos que responderle a nuestros trabajadores, como trabajadores que son. Nos llama mucho la atención que hay equipos de primera división, de Primera B que siguen recibiendo la plata del Canal del Fútbol, que llegaron a la suspensión laboral muy rápido y equipos de segunda división, no solo nosotros, hay varios más, que sin iniciar el torneo, llevamos tres meses pagando“.

Detalla que “estamos estirando el chicle lo más que podamos, con gestión, varios de nuestros auspiciadores han seguido aportando recursos y ahorros del año anterior…todo ese dinero va al mismo fondo para pagarle a nuestros jugadores, a nuestros trabajadores…la situación es compleja, nosotros tenemos el respaldo de nuestros más de 2 mil socios”.

En medio de la pandemia, la Conmebol destinó dineros a las asociaciones sudamericanas. Los clubes de segunda división recibieron 6,5 millones. A una parte de los dueños del pastel no les gustó que se destinaran dineros a la categoría. Así lo reveló Tornería.

“De muy buena fuente nos comentaron que hubo equipos de la Primera B que no les gustó que se haya repartido plata entre los equipos de la segunda división profesional, esa mezquindad estamos viviendo hoy en el fútbol. Nos van a llegar seis millones de pesos, me parece que a un equipo de Primera B le moleste que a los equipos de segunda les llegue dinero, no están pensando en el fútbol, están pensando solo en el dinero”.

En el caso del cuadro penquista, aparte de la nula solidaridad del resto de los clubes, deben sortear los prejuicios que existen cuando una hinchada se hace cargo de la dirección de un club. Asimismo, expone, hay una doble vara para medir las gestiones.

“No es victimizarse, pero a Concepción durante seis años no lo fiscalizó Impuestos Internos, no lo fiscalizó la Superintendencia de Valores y Seguros, no lo fiscalizó la Unidad de Control Financiero de la ANFP, nadie fiscalizó“.

“Esas son cosas que a veces molestan un poquitito, porque cuando los hinchas se organizan y se ponen a trabajar, muchos ojos se posan sobre nosotros, porque en general en Chile no se tiene confianza en los hinchas, en el trabajo en sus clubes”.

Con todo ese panorama, Tornería advierte: “Estamos en un punto de no retorno, si no nos preocupamos del fútbol, nos vamos a convertir en la peor liga de Latinoamérica“.

Puedes revisar la entrevista completa acá.

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