Con el ascenso de Deportes Santa Cruz a Primera B, Cristian Ogalde, representante de jugadores, debió desprenderse de la propiedad del cuadro santacruzano. Por ley, un accionista no puede controlar otro club de la misma categoría y en el caso de Ogalde, manejaba también Magallanes, elenco del que continúa siendo propietario.
Con la salida de Ogalde, se abrió el espacio para la conformación de un nuevo grupo de accionistas: interesados hubo y finalmente el club – luego de una breve presencia de Cristian San Miguel en la directiva- pasó a ser manejado por Andrés Alvarado, Alex Orellana y Osvaldo Hurtado, quienes en conjunto compraron el 90% de las acciones.
Hurtado es además, el actual entrenador del primer equipo de Deportes Santa Cruz. En diálogo con Primera B Chile, el entrenador abordó este doble rol que juega en la institución, colocando el énfasis en las razones que tuvo para invertir en el club.
“Uno de mis sueños no era esto, era tener un donde preparar jugadores, independiente de los equipos de fútbol, una especie de Academia, tener un lugar bonito, no lo pude hacer. Se dio esta condicionante de venir a Santa Cruz y la verdad que me encariñé desde el primer día que vine acá, me trataron muy bien, con mucho respeto, me reencanté con el fútbol, nos tocó asumir con la única intención de estar dentro de los cinco que no estaban para la liguilla que bajaban”, recordó Hurtado.
Prosiguió su relato, señalando que “se nos fue abriendo la ventanita y empezamos a hablar con los muchachos que está la posibilidad, está la posibilidad, apretemos y hacer un esfuerzo más, nosotros viajábamos en el mismo día a jugar y nos volvíamos altiro, bien sacrificado, les decía los boinas negras incluso, les ponía antes del partido los “Viejos Estandartes, antes del partido, como grito de empuje”.
Luego de contextualizar con sus vivencias, expuso de lleno las motivaciones para comprar acciones del club. “Se dio la posibilidad que el club se iba a poner en venta, se estaba hablando con gente de afuera, principalmente argentinos y me empezó a picar el bichito, si esto costó tanto subirlo, 25 años fuera y hacer todo un gasto para que después llegue otra gente que ni siquiera conoce donde está Santa Cruz, busqué por todos los lugares tratar de convencer al dueño que esperara, que nos podíamos conseguir el dinero, nos apuraba mucho la cuota de incorporación, nos tenía sumamente complicados”.
Añadió que “fuimos convenciendo hasta que se dio la posibilidad de hacernos con este proyecto deportivo en el cual esperamos ser un gran aporte para todos los chicos, no solamente de Santa Cruz si no que de toda la comunidad de alrededor, aquí hay un potencial de jugadores pero necesitan herramientas y nosotros esperamos entregarle esas herramientas“.
En esa línea, expresa que tienen claro donde apuntar. “Es por eso que nuestro foco está orientado a no volvernos loco en el tema de los sueldos, si no que poder ir creciendo, en estos momentos tenemos dos hectáreas, con con dos canchitas de pasto, camarines para los cadetes, para el primer equipo, con oficinas, todo muy mononito, pero hemos avanzado un montón en menos de un año y esa va a ser nuestra fortaleza, los menores, para allá vamos apuntando. Conozco la realidad de Primera B, volvernos locos en inflar una planilla o pagar sueldos que no somos capaces, no corresponde, es preferible que el sueldo de un jugador grande lo podamos repartir en tres, cuatro cabros chicos, que están haciendo sus primeras armas. Un camino muy largo, pero estamos llanos a que el camino sea ese, fortalecer nuestros cadetes”.
Y que pasa si el equipo no anda bien, ¿se autodespedirá? “Uno se da cuenta cuando las cosas no están resultando pero aquí el proyecto mayor es hacer crecer la institución, los menores. Mi idea también es poder volver a hacerme cargo de todo el tema menor, no sé si en el corto plazo. Soy absolutamente optimista que nos va a resultar, que nos va a ir bien”.
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