Si a los hinchas de Unión La Calera les hubiesen dicho a principio del torneo de transición que su equipo conseguiría el ascenso, seguramente hubiesen mirado con incredulidad o francamente, pensado que se estaban burlando de ellos.
Es que la historia parecía que tendría un final amargo. La temporada 2016-2017, con un plantel muy limitado, había sido nefasta. Últimos en el torneo a 10 puntos de su antecesor, Deportes Iberia. A principio de semestre, los hinchas preocupados por el futuro de su institución, colgaban afiches en la ciudad, exigiendo la aparición de la directiva que no daba señales de vida. Todo era incertidumbre.
Un reportaje de Canal 13 también abordó el tema y aparecieron. Se reveló el nombre del técnico, Víctor Rivero y las figuras comenzaron a llegar: Giovini, Morales, Saavedra, Rosales, Abán, Viotti, entre otros. Un plantel armado a la medida de Rivero, pero sin margen de error.
Construyeron un camarín que nunca se doblegó ante la adversidad. El arranque no fue de los mejores, un punto en cuatro fechas, tras empatar como visita frente a Cobresal y perder en Quillota con Santiago Morning. Llegaron cinco triunfos en línea y trece fechas invictos. El título, la llave ante San Marcos y la histórica promoción.
“Nadie nos regaló nada, fuimos valientes, siempre estuvimos unidos ante resultados adversos, una llave que se daba por definida, el coraje de este equipo fue superior a todo”, destacó Rivero, sindicado por los hinchas cementeros como el gran arquitecto de este campañón.
“Empezamos con 300 personas y terminamos con casi 6 mil. Solamente agradecer a mis compañeros, al cuerpo técnico, a los hinchas, esto es un premio de todos, cada uno aportó su granito de arena para que esto funcionara y lográramos el ascenso”, afirmó Wilson Piñones, uno de los primeros en confiar en el proyecto calerano para este semestre.
Pasaban y pasaban las fechas, la dualidad entre pelear para salir de la zona de peligro y ser punteros se mantenía. Pero el norte nunca se perdió. Primero había que asegurar la permanencia, después llegaría el tiempo para soñar. Los jugadores creyeron en el mensaje de su técnico y el resultado terminó siendo brillante.
“No podemos dimensionar lo que está pasando, es algo hermoso, luchamos por esto, nos sacrificamos cuatro meses, nuestras familias nos decían como vas a ir a un equipo que está por descender. Estoy feliz por este grupo, por el cuerpo técnico, por la gente que siempre apoyó, la que criticó en su momento, nos hizo ser más fuertes, orgullosos de cada de uno de nosotros”, afirmó el referente de los cementeros, Lucas Giovini.
Y si Giovini fue clave en el arco, Viotti fue fundamental en la ofensiva. El mejor jugador del campeonato apareció en los descuentos de la promoción y estiró la llave hasta los penales. Lo demás, ya es historia conocida. “Es un orgullo que muchas personas hoy estén contentas, yo también lo estoy porque he ganado de vuelta, no me queda nada más por ganar en Primera B, al que le guste bien y al que no, la puede contar como quiera, ahora hay que disfrutar”, fue su desahogo.
La Calera se levantó de las cenizas y hoy está entre los mejores de Chile. Está de fiesta, merecidamente.
Fotografía gentileza @EfectoCementero
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