Que lindo es recordar. Que lindo es mantener viva en la memoria la esencia del fútbol, esa que habla de una actividad social, inserta en el corazón de los hinchas que vibran con la pasión que genera la redonda.
Es que no son solo 22 jugadores tras una pelota. Es mucho más que eso. Son vivencias, historias, reuniones de familia, experiencias con amigos…Y aunque hoy traten simplemente de reducirlo a números y empresa, lo cierto es que el fútbol nunca podrá ser un negocio más.
Bastaban dos piedras para armar un arco, una calle, un terreno baldío, cualquier sitio con espacio y algo que sirviese de balón para dar rienda suelta a la emoción de simplemente jugar por jugar.
Y para ver al equipo de los amores, siempre había solución. Yo recuerdo cuando en mi familia, mis tíos y mi viejo se quedaban mirando: ¿Vamos a ir al estadio? “Me falta luca”, yo tengo 500, decía uno…Llegaba mi abuelo y sacaba otros 500. Nadie podía quedarse abajo.
Y si había que ir apretados en la micro, que importaba. Era una historia más que quedaba en los anales y archivos personales. Como lo recordó también @rebel_sbronzo en Twitter, con esta fotaza. Así se iba su tío, a ver al Green Cross Temuco por allá por 1966 en un partido frente al “Chuncho Cachetón”.
“Liebre línea número 7, Millaray – Pueblo Nuevo en Temuco, el recorrido llevaba al estadio Municipal de Temuco, hoy estadio Germán Becker para un partido de Green Cross con Universidad de Chile“, nos aportaba este twittero que siempre sorprende con buenas fotogrías.
“Citen el crédito al Facebook: #Temucoontour porfa amigos”, nos agregaba y por supuesto, el crédito ya está. Mínimo, ante un aporte tan valioso. 2×2 finalizaría ese compromiso, hoy parte de la estadística de un torneo más.
La imagen perdura…
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