- Nery Veloso aborda el drama de Fernández Vial: “Los dirigentes han hecho todo mal”
- Ruge el “León”: Deportes Concepción se queda con el clásico y caza al líder Deportes Melipilla
Crecí en el seno de una familia que vibraba y aún lo hace, con el fútbol. Crecí alentando a un equipo en particular, cariño y amor por los colores que me traspasó desde la infancia mi abuelo, tíos, padre y familia en general. Crecí atesorando hermosas caravanas y momentos únicos que me regaló el fútbol, cuando se viajaba en familia a alentar a los colores, cuando toda una ciudad se volcaba para acompañar a su equipo; reír, sufrir, daba lo mismo, lo importante era acompañar al equipo…
Ya como periodista, vibré con jornadas como la que protagonizó el 2018, después de largos diez años en la Primera B, la hinchada de Coquimbo Unido, cuando llegó en masa a acompañar a su equipo, en caravana, con más de 50 buses copando los sectores aledaños al Bicentenario La Florida, ante la oportunidad de volver a Primera División. Una fecha después, lo conseguiría.
Se me apretó el corazón con el esfuerzo y sacrificio de los hinchas de Curicó Unido, que llegaron hasta El Salvador en un largo viaje tras la temporada 2016-2017, para presenciar el segundo ascenso albirrojo a Primera División. Tuve la suerte de compartir, al lado de la puerta principal del estadio, un asado con una familia curicana…
Atesoré recuerdos como el de Vallenar, cuando Deportes Vallenar en el 2017, consiguió en cancha un histórico título en Segunda División del que fue, a mi juicio, despojado en uno de los robos más grandes que se tenga en cuenta en la historia del fútbol chileno, un atraco del que fue víctima, consecuencia de la danza de millones que estaba en juego al pertenecer a los 32 clubes que conforman la élite del fútbol chileno. Vibré con la emoción de una ciudad que se volcó a las calles y que celebró como un título mundial, aquel logro.
Padecí esa extraña liguilla que terminó con el descendido en cancha, Huachipato, salvándose con escándalo y un penal inexistente frente a Deportes Copiapó. Manejos extraños, una espera eterna, oscurantismo en el fútbol y muchas influencias que no deberían existir, jugaron su parte.
Me dolió el extraño caso de Copa Chile, este año, cuando se quiso eliminar por secretaría al modesto Presidente Ibáñez, de Punta Arenas. Recuperé un poquitito la fe cuando la Corte de Apelaciones de Punta Arenas decretó orden de no innovar, decisión que dejó contra las cuerdas a la Federación de Fútbol de Chile, que no tuvo otra que borrar con el codo, la impresentable y ordinaria medida que había escrito con la mano.
Recuperé un poquitito más la fe, este domingo, en Concepción, donde vibré con el clásico, Deportes Concepción vs Arturo Fernández Vial. Volví a creer en ese fútbol de antaño, en esa fiesta del estadio, en esa fiesta de la familia, en esa hoy olvidada en la danza de millones -que atrajo de paso a tanto personaje que no debería estar en el fútbol – palabra: pasión.
El fútbol es pasión, el fútbol es de la gente, el fútbol es de los hinchas, gracias Deportes Concepción, gracias Fernández Vial, hoy puedo tener un poquito más de esperanza en que volvamos a ser y tener, lo que nunca debimos dejar ir…
Gracias, al fútbol de regiones…
Por Pablo Sepúlveda/Editor general de primerabchile.cl.
Te invitamos a seguir a PrimeraBChile en Google News para recibir todas las novedades del fútbol de Ascenso y las competencias nacionales.
LEE TAMBIÉN:
El inconveniente que llevaría a la suspensión del clásico Curicó Unido vs Rangers de Talca