Christopher Díaz se ha convertido en uno de los jugadores más respetados por la hinchada de Rangers. Sus goles, su entrega y su aporte constante al colectivo le han valido la estima de los forofos del cuadro del Piduco.
Pero más allá de lo que se ve en la cancha, el esfuerzo de los futbolistas queda en ocasiones, oculto tras el examen que deben rendir fecha a fecha. No obstante, eso no significa que no existan historias que valga la pena descubrir.
El “Coca” tiene una razón de peso para vestir la casaquilla 25. “La muerte de mi hermano fue muy dolorosa para ella y para todos. Mi mamá no quería existir. Siempre me dice que cuando se entera que estaba embarazada de mi, cree que Dios le devolvió a mi hermano y su vida con mi nacimiento, que fue un día 25 de julio“, contó en diálogo con Pasión por Los Deportes.
Narra además, que su madre sufrió una severa depresión al ver partir a su pequeño, de tan solo ocho años. La llegada del “Coca”, fue un reencanto con la vida.
“Desde ahí mi mamá generó una relación muy distinta en comparación con mis hermanos, agradezco mucho a ellos que nunca se sintieron aludidos por las diferencias que sin querer hacía mi madre”, manifiesta.
“Hoy en día trato de devolverle todo lo que mi mamá ha hecho por mí, en cada gol y trato de dejar la vida dentro de una cancha de fútbol, porque sin duda que al verme dentro de una cancha de fútbol, ella igual es feliz y trato de homenajearla en cada acción de juego“, cerró el destacado futbolista.
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