Llegar a ser futbolista es complejo. Hay que atravesar toda una etapa de formación, convivir desde pequeño con la competencia, también con la disciplina y poner a prueba, día a día las capacidades, físicas, mentales y futbolísticas que se requieren para convertirse en un deportista de alto rendimiento.
Por lo mismo, debutar en un primer equipo y consolidarse en el profesionalismo es sin duda, motivo de orgullo y satisfacción. Cuando se da en dos casos tan cercanos como hermanos gemelos, los sentimientos se amplifican y en algunas ocasiones, incluso, reportan grandes ventajas, tal como lo relató en diálogo con Primera B Chile, Fredy Munizaga, quien compartió camiseta y camarín con su hermano Jhon, hoy retirado del fútbol.
“Siempre nombro a los porque somos gemelos, estudiamos juntos, jugamos juntos, hicimos inferiores juntos, también debutó en Everton, era muy difícil llegar a primera, pudimos llegar los dos, estuvimos juntos en el plantel, también tuvimos algo parecido por varios lados, juntos en tercera, coincidimos también acá en Copiapó“, recordó el capitán de Deportes Copiapó.
Agregó que “coincidimos en Naval, por lo tanto hemos tenido algo parecido. Él se fue después a Iberia y en Lota estuvo después también, en el sur, es más de quedarse por esos lados”, recordó, para luego narrar un particular incidente que vivió compartiendo camiseta con su gemelo.
“Nos pasó una anécdota en el fútbol profesional tremenda, tenían que expulsar a uno y al final, el árbitro vio al otro, sacó amarilla en vez de doble amarilla, pasamos colados“, contó Munizaga.
“Fue en Primera B, jugábamos por Naval los dos, no sé si el 2010 o el 2009, contra Copiapó. Vinimos a jugar acá, era Nelson Cossio el técnico de Copiapó, se volvió loco. Mi hermano ya tenía amarilla, los dos jugando en el mediocampo, se confundían, no sé. Una jugada, mi hermano va al suelo, pega una patada, era doble amarilla y roja. Mi hermano pega la patada, se para y camina, yo estaba cerca, no lo hice con intención, después salió como si hubiese sido planeada. Como yo estaba cerca, el árbitro se agachó o sacó la tarjeta y me ve, me saca la amarilla“.
“Todos le decían échalo, échalo, ve mi número y no tenía amarilla, me sacó amarilla a mí, mi hermano se quedó callado, yo también porque si le decía que era mi hermano lo echaba. El técnico, todos afuera se dieron cuenta, menos el árbitro, pero no fue intencional, salió natural. Cossio gritaba afuera como loco, es el otro, es el otro, al final no lo expulsaron, fue una anécdota sin querer, chistosa después, en el momento estaban todos con mucha rabia, el equipo rival sobre todo“.
De paso, contó como es la relación en una cancha con una persona con la que tiene tanta confianza como su hermano gemelo. “Hay etapas, hay gente que nos conoce en divisiones inferiores, no sé si éramos compañeros o rivales pero parecía que nos matábamos, era mucho en inferiores. No sé por qué nos matábamos tanto, pero nos matábamos, después uno va madurando con los años, se va defendiendo. Cuando jugamos en contra, sí, obviamente nos pegamos un par de pataditas, pero lo normal”.
“Después, cuando estuvimos juntos en Naval o en Copiapó, uno trata de ayudarse, sobre todo, si estamos los dos en cancha, son etapas, cuando uno es más chico, inmaduro, te lleva a eso, a retarse, pelearse más de lo normal, muchos nos encuentran ahora y nos preguntan, ¿siguen igual que cuando estaban en inferiores? No, no, ya pasó”, cerró el mediocampista.
Puedes revisar la entrevista completa aquí.
Fotografía gentileza Emilio Carvajal.
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