Por @Pablo_sepúlveda
En Coquimbo buscan y buscan explicaciones. Tras 17 fechas de competencia, aún no saben de triunfos, paupérrima campaña que los tiene relegados al sótano de la tabla de posiciones.
En el puerto, eso sí, dan la cara y confían en revertir el oscuro panorama, que tiene a los piratas sumidos en un pozo negro, completamente amenazados por el descenso a segunda división. Impensado para un elenco que hace pocas temporadas, peleó palmo a palmo el retorno a primera.
Llamativo también es el hecho que los piratas cuentan con una plantilla con jugadores de experiencia. Ismael Fuentes, Francisco Arrué y Leonardo Monje, encabezan el listado de elementos de trayectoria que visten la aurinegra en un momento realmente aciago para la institución.
Precisamente, el artillero accedió a conversar con www.futbolprimerabchile.cl, y analizó la delicada situación. “Es un momento complicado, difícil. Lo arrastramos desde el semestre pasado donde no pudimos ganar. Sin embargo, estamos más convencidos que nunca porque hicimos una muy buena pretemporada, esperábamos tener un mejor arranque”, indicó.
Tras la igualdad ante los rojinegros, los piratas se midieron el lunes pasado con Unión San Felipe, elenco que agudizó la crisis, tras golearlos por 4 a 1. “Fue desastroso, me da mucha vergüenza salir en la ciudad. No fuimos el Coquimbo de los amistosos ni del duelo contra Rangers. Quedó en el pasado y ahora nos mentalizamos en el duelo con Santiago Morning”, agregó el atacante.
Es que claro, se trata de un partido fundamental, considerando que los bohemios también marchan en la parte baja de la tabla. De hecho, el pirata debe ganar para reducir a cuatro, las unidades que los separan de los metropolitanos.
“Es el partido de nuestra vida, el partido del año. Ni siquiera estamos pensando en el clásico que viene después. El único objetivo es Santiago Morning, el cuerpo técnico nos pasa videos y todo el material de ellos para ver sus virtudes y falencias. Tenemos que meter, correr, jugar al fútbol, poner mucho más de lo que estamos poniendo”.
Con un año y medio en el club, Monje es un conocedor de la fidelidad, pero también de lo exigente, que suele ser la hinchada filibustera, la que ya no quiere más excusas y solo espera festejar de una vez por todas. “Siempre han estado alentando, uno se siente muy orgulloso por eso y a la vez es contradictorio porque da vergüenza, no le damos una alegría, más aún con el terremoto del año pasado. El sábado esperamos celebrar.”
De dilatada y exitosa trayectoria en pastos nacionales y extranjeros, Monje revela que este es uno de los momentos más complejos de su carrera. “Nunca he descendido ni había vivido una situación así, es algo nuevo, pero no tengo problema en asumir la responsabilidad, el fútbol tiene esto, a veces te va mal. Hay que estar tranquilos, creer en el cuerpo técnico y en el compañero de al lado.
Confianza que asegura se mantiene, ya que Monje descarta cualquier tipo de problemas en el camarín. “Tajantemente puedo decir que no hay problemas, es un plantel maravilloso que está muy dolido por lo que está pasando pero estamos muy unidos. Creemos y estamos convencidos que vamos a salir adelante”.