El pasado 3 de enero, el fútbol chileno y la Primera B en particular, se remecía. La Asociación Nacional de Fútbol Profesional, (ANFP), a través del órgano de primera instancia que entrega la licencia de clubes, decidía cancelar la licencia del club Barnechea, debido a la querella que la institución presentó contra Carlos Ferry, presidente de San Marcos, a quien acusaban de administración desleal por su participación en la elección del nuevo presidente de la ANFP, en circunstancias que su equipo ya estaba descendido a segunda división y de paso, negociar, eventualmente, beneficios para San Marcos que perjudicarían directamente los intereses “huaicocheros”.
Fueron 12 días de tensa espera. Mientras el resto de los clubes se armaba para competir en el campeonato, Barnechea tímidamente, anunciaba algunas contrataciones. El lateral derecho Jonathan Parancán, formado en Universidad Católica, arribaba al club. Sin embargo, atraer jugadores seguía siendo un problema, el que se mantendría hasta el 15 de enero, día en que se revocó la decisión de cancelarle la licencia. El “Barne”, otra vez, estaba habilitado para competir.
“La incertidumbre fue bastante larga, para mí y para el plantel que había renovado del año pasado, estábamos en esa, no sabíamos si íbamos a continuar o no y jugadores que quise traer, no llegaron porque también estaban temerosos de que Barnechea no participara en la categoría, tomaron la opción de ir a otros clubes”, reconoció el director técnico de los metropolitanos, Hernán Peña.
Pese al incierto panorama que les tocó afrontar, Peña valoró el coraje que mostró la institución durante los días en que estuvo fuera del fútbol chileno. “Creo que se marcó un hito a nivel nacional, que un equipo cuando cree que las cosas están mal hechas, tiene que decirlo y hay que ser valiente para hacerlo. Barnechea ha sido valiente en ese sentido, ha corrido esos riesgos que hay que correr para mantenerse en la categoría, quedamos tranquilos que nos mantuvimos”.
La situación, como era de esperarse, generó ruido también en el plantel. El capitán Francisco Tapia recordó que “sufre la familia, detrás de nosotros hay gente, somos algunas veces el sustento de la casa, de una madre de una abuelita, de los hijos y estar con esa incertidumbre, la verdad que mata. Necesitábamos tranquilidad lo antes posible, gracias a Dios se solucionó en un par de semanas, empezamos la pretemporada con esa incertidumbre pero siempre con la tranquilidad de que la gente que trabaja acá en la parte jurídica podía resolverlo en los tribunales”.
Fueron días difíciles que comienzan a quedar atrás. El torneo arrancó de manera mucho más auspiciosa que el año 2019; el “Barne” derrotó a Unión San Felipe y las sonrisas regresaron al cuadro “huaicochero”.
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