La gente acompañó al “Rojo”. Prácticamente, 4 mil espectadores llegaron al Nelson Oyarzún Arenas a alentar al cuadro de Ñublense, que se jugaba una verdadera final ante San Marcos de Arica. Claro, ambos están en la parte baja y a este duelo llegaban, antepenúltimos los de Chillán; penúltimos los nortinos.
No se movió mucho la situación, considerando que el duelo terminó empatado sin goles. El tiempo dirá que equipo perdió más en esta pasada, aunque mirando el calendario que le resta a Ñublense, los “Diablos Rojos” tienen motivos para estar decepcionados y evidentemente, muy preocupados. Solo un ejemplo; la próxima semana llegarán hasta Calama para medirse con Cobreloa.
El partido fue una extensión de la temporada 2018 del cuadro del Ñuble. Sin ideas y escasa profundidad ante un San Marcos que llegó al NOA con una clara misión: no perder. Y fue sacado la tarea adelante sin mayores sobresaltos.
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Ya en el complemento la tónica siguió siendo similar. A eso hay que sumarle que los pupilos de Hernán “Clavito” Godoy se veían en mejor condición física que sus rivales de turno. El plantel de Ñublense siente el rigor de los partidos y el desgaste fue evidente. A ello hay que sumar la expulsión en los 83′ de juego de Roberto Reyes, quien se fue anticipadamente a las duchas por doble cartulina amarilla. Así, se cerró el partido, dejando todo intacto en la parte baja; el suspenso sigue, se vienen jornadas aún más cruciales para la definición en la parte baja.
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