Cobreloa es una institución grande, gigante dentro del fútbol chileno. Por mucho que hoy viva una profunda crisis, que lo tiene en su peor momento histórico jugando en la Primera B, sus hazañas y aporte al balompié nacional no se pueden borrar de un plumazo o por decreto.
Los problemas de la institución naranja son conocidos. No hay plata prácticamente para nada, así lo dicen a diario sus dirigentes. De hecho, la directiva loína acaba de firmar un contrato de concesión con la Sociedad de Desarrollo Deportivo, que se hará cargo de las divisiones infantiles del club en Santiago hasta 2024.
Gerardo Mella, presidente minero explicó hace pocos días a www.enlalinea.cl que no tienen 14 millones mensuales para la mantención de las series que van desde las sub 8 a la sub 14.
Pero mientras el fútbol infantil loíno recurre a medidas paliativas de urgencia y algunos incluso consideran que se está hipotecando el futuro del club, en Turquía un canterano naranja se encarga de recordar que el trabajo bien hecho en las menores otorga dividendos.
La prolífica cantera de Cobreloa ha proyectado, solo en los últimos años, nombres de la talla de Alexis Sánchez, Eduardo Vargas, Charles Aránguiz y Junio Fernandes. Precisamente este último, la está dejando chiquitita en el fútbol del país euroasiático.
Si bien su equipo, el Alayanspor, cayó hoy ante el poderoso Fenerbahce por 3 a 2 como local, el formado en las menores naranjas abrió la cuenta antes de los 5′ de juego. Posteriomente se dio el lujo de habilitar a Vagner Love para el 2 a 0 parcial. El autogol de Omerou y los tantos de Fernandao y Chahechouhe lideraron la remontada visitante.
Con su anotación, Fernandes llegó a cuatro tantos en cinco partidos jugados. Su racha sin embargo, contrasta con el momento de su equipo que marcha decimoquinto con 25 puntos, a cinco unidades del temido descenso.
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