“No hablo de fracaso en mi gestión, quizás es solamente ver el tema deportivo y desde ese punto de vista no haber logrado el ascenso es un fracaso pero hay otros componentes tan importantes como ese, como es la situación económica del club, está saneado, tenemos el orgullo de tener un complejo deportivo que ya lo quisiera cualquier club, incluso de la Primera A” .
Con estas palabras, Jorge Yunge, actual vicepresidente de Rangers, anunciaba a comienzos de junio pasado, que dejaba la testera de Rangers de Talca, un equipo reconocido en Chile como un cuadro exitoso a la hora de ascender a la primera división pero que en estas últimas temporadas se convirtió en una institución más de la segunda categoría del fútbol chileno.
Los porfiados hechos si hablan de fracaso, por más que desde la sociedad anónima deportiva que controla al rojinegro, digan lo contrario. Un dato:, desde que descendió en 2013, Rangers nunca terminó una campaña con el técnico que inició la temporada. Barco sin rumbo. Vamos por parte.
El conjunto de la capital del Maule descendió a Primera B a mediados del 2013. Los dirigentes confiaron en Jorge Garcés quien tomó al equipo en los últimos compromisos en primera, tratando de salvarlo. No logró el milagro y tampoco le sacó rendimiento al rojinegro. Pronto partió y en su lugar asumió Carlos Rojas. El”Chifli” apenas pudo mantener la categoría, apoyado por la siempre fiel hinchada rojinegra que llegó en masa hasta Coronel para un partido clave ante Lota Schwager.
Rojas continuó para el año siguiente pero no dio el ancho. En ese momento, Rangers apostó por el trabajo del argentino Héctor Almandoz. Sus números nunca convencieron del todo y aunque clasificó a duras penas a la postemporada, el equipo estuvo lejos de tener un rendimiento que diera para ilusionarse.
Almandoz tendría la posibilidad de armar el plantel para la temporada 2016 -2017. Estaba segundo, cerca del líder pero una serie de inconvenientes y problemas de indisciplina en el plantel lo perjudicaron. Llegó Víctor Rivero en su reemplazo y la campaña cayó en el pozo. Luis Guajardo sería el reemplazante, consiguiendo algunos buenos resultados.
El show que vino a continuación, fue patético. Guajardo, sorpresivamente, no logró acuerdo para continuar y en el último partido del año Rangers fue dirigido por Héctor Tapia. Cuatro técnicos en un año. La directiva dio marcha atrás y finalmente, Guajardo fue elegido para el torneo de transición.
El campeonato que acaba de finalizar, fue simplemente negro. Penúltimo con la opción de rematar último. Adjetivos hay: vergonzoso, ridículo, paupérrimo. De la mano de Juan José Ribera, el equipo algó mostró y consiguió algunos triunfos, pero nada del otro mundo. A esta altura, no hablar de fracaso, es simplemente soberbia.
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