En abril de 2016, Lucas Giovini jugó por Unión La Calera en la derrota por 3 a 1 frente a San Luis. Lo que parecía un partido más en su carrera, terminó transformándose en un recuerdo especial. Dejaría los cementeros para emigrar a Quilmes de Argentina. Sin embargo, no tendría minutos en los trasandinos, debiendo esperar más de un año para volver a jugar.
Nunca lo imaginó y lógicamente fue un momento difícil, complejo de entender. Regresó a Chile para ponerse de nuevo la camiseta de los cementeros. Redebutó frente a Palestino en Copa Chile dejando atrás un periodo amargo que puso a prueba su fortaleza.
“A Argentina llegué de una manera no adecuada. Cuando me presenté, cambió la dirigencia y el técnico, más encima ya tenían los arqueros que necesitaban. Luego vino un tema ajeno a mí, una venta generada con la antigua dirigencia de Quilmes en la que la actual no tenía nada que ver, a raíz de eso me marginaron del plantel”, relata Giovini a www.primerabchile.cl
No solo fue marginado de toda opción de jugar, incluso tuvo que arreglárselas para entrenar. “Es difícil salir adelante cuando no te dan la posibilidad de entrenar. Desde enero hasta abril de este año, Quilmes no me dio las armas para pelearla, solo me las ingeniaba para no faltar al gimnasio, para ir a correr a los bosques de Palermo, cuidarme en las comidas porque siempre mi familia me mostró el camino de vuelta al fútbol que yo no veía con claridad”, revela el hoy golero cementero.
Claro, el respaldo de su entorno fue fundamental para mantener la energía y sobretodo, la convicción. “El apoyo de mi mujer y de mi hijo fue crucial, porque si bien vivíamos en pleno Buenos Aires y teníamos todo para pasarla bien y ser felices, mi situación opacó un poco eso. Se pusieron a mi lado y empujamos todos hacia adelante, mis tres hermanos, mi vieja y algunos amigos chilenos incondicionales”.
Pero ahora le toca hacer lo que más le gusta, jugar. Tiene una dura competencia en el arco de Unión La Calera, que también cuenta con Claudio González. Pero Víctor Rivero le entregó su confianza y ha sido el titular. Vive – derechamente – un renacer. “Siento que vuelvo a tener 19 años, como cuando debuté, felicidad, energía, apasionado aún más con esta profesión y complementándolo con algo tan lindo como es vestir la camiseta de Unión La Calera”, asegura.
Camiseta que Giovini y compañía intentarán dejar en Primera B. La campaña del año pasado fue paupérrima y ahora pugnan por evitar el descenso a segunda división. No empezaron bien, suman un empate y una derrota pero la energía para la lucha que se avecina está, según Giovini, intacta.
“Es lo único que deseamos, estamos en esta batalla para superarla. Todos sabemos que no va a ser fácil, de hecho no lo es, pero todos los que estamos acá somos guerreros y luchadores para afrontar esta guerra y por sobretodo valorar a quienes vinieron a revertir esto y dejaron mucho de lado, agradecido de ellos”.
En esa lid el siguiente desafío será Deportes La Serena en condición de visita. “Es un rival duro y fuerte en su casa, pero nosotros tenemos muchas armas para dañarlos. Vamos en busca de sumar, ojalá así sea”, concluye.
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