No estaban tranquilas las aguas en Cobreloa. La semana fue muy compleja, con un director técnico a punto de ser cesado luego de la humillante goleada 5 a 0 frente a Ñublense, en Chillán. Finalmente, la directiva optó por darle continuidad a Rodrigo Pérez, quien será evaluado al término de la primera rueda.
Con esa mochila, los mineros recibieron al buen equipo de Barnechea, que venía encumbrado en la tabla y sabiendo que la responsabilidad la tenían los naranjas. De hecho, en los primeros compases del partido, se veía mejor el cuadro metropolitano, consiguiendo la apertura de la cuenta en los 18′ de juego luego de un error en la salida minera, perfectamente capitalizado por Jorge Henríquez.
Muchos fantasmas pasaron por la mente de las más de 2 mil almas que llegaron al Zorros del Desierto. Otra vez la cuesta estaba muy empinada, pero los jugadores del anfitrión sacaron a relucir amor propio y también buen juego. Barnechea no liquidó cuando debía y lo terminó pagando caro. En los 42′, Ignacio Jara dejaba el marcador igualado y cuando la primera mitad se iba, Michael Contreras conseguía el 2 a 1.
En el segundo tiempo y con el marcador a su favor se notó más calma en el dueño de casa, lo que se traduciría en un juego todavía más efectivo. Para que la fiesta fuera completa faltaba la aparición del goleador Lucas Simón, quien en los 67′ de juego, desataba el tercer festejo minero. De ahí en más, esperar que llegara el pitazo final, un verdadero desahogo para un Cobreloa que necesitaba imperiosamente, recuperar la sonrisa y de paso lo hizo con jugadores de su casa a gran nivel, como el canterano Ignacio Jara.
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