Era un partido de rivales directos. Rangers recibía a Unión San Felipe con la obligación de ganar para seguir en carrera por la postemporada; objetivo idéntico al del Uní-Uní, que llegaba con dos puntos más a Talca, 38 contra 36 y requería los tres puntos para al menos, dormir como uno de los equipos clasificados a la liguilla.
Lo consiguió los albirrojos. El primer tiempo fue muy parejo, solo un remate de Levipán inquietó a Peric, quien se exigió para enviar al tiro de esquina. Muy poco para un duelo que pese a lo que estaba en juego, fue, en los primeros 45 minutos, para los bostezos.
Ya en la segunda mitad, el partido se complicó para los piducanos en los 59′ de partido con la expulsión de José Barrera por doble cartulina amarilla. Antes, Sebastián Pérez había tenido el primero para los rojinegros, pero finiquitó de pésima manera en una media vuelta que lo encontró con arco prácticamente, descubierto.
Poco después, Franco Ragusa falló otra clara. Una triangulación del rojinegro lo dejó en posición de remate en plena área y con arco descubierto pero su derechazo se fue ancho. Lo pagaría caro el conjunto local porque en los 77′, en una triangulación, ahora de los sanfelipeños, apareció destapado Gustavo Gotti y de cabeza marcó la apertura de la cuenta.
De ahí en más, el visitante se dedicó a esperar que pasaran los minutos frente a un dueño de casa impotente que solo vio como se extinguían los sueños de liguilla. Un año más de fracaso para Rangers, que seguirá en la Primera B, convertido en un comparsa; una ilusión que crece y crece en Unión San Felipe.
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