La selección chilena se coronaba campeona de América por primera vez en su historia el 4 de julio de 2015. Derrotaba a la selección de Messi en un día histórico.
Chile había conseguido la independencia futbolística el día de la Independencia de Estados Unidos. Un 4 de julio en la se convirtió en campeón de América, dando una vuelta a las apuestas deportivas, que veían como favorita a la selección argentina.
El seleccionado, fue campeón de forma indiscutible. No perdió ningún partido y le gano la final al seleccionado más fuerte junto a Brasil: la Argentina de Messi.
La generación dorada del fútbol chileno
La selección llegaba con una generación única y era una de las candidatas a ser campeona, sobre todo por el factor casa.
Jorge Sampaoli, había tomado el testigo de Marcelo Bielsa, que había comenzado a revolucionar la forma y la filosófica en los chilenos.
Los mundiales anteriores de 2010 y de 2014 fueron un gran presagio y una buena muestra del rendimiento que se mostraría posteriormente en la Copa América. Todo hacía presagiar que el equipo haría algo grande.
La Copa América parecía esa oportunidad que todos los chilenos estaban esperando.
El camino hacia el triunfo
El camino hacía las finales no fue fácil. El debut contra Ecuador fue más difícil de lo esperado de sacar adelante, pero finalmente ‘’la Roja’’ se impuso por dos goles de Arturo Vidal y Vargas.
Después esperaba México, un plato fuerte. La selección de México fue la invitada de aquella edición de 2015, en donde se encontró un partido a la altura de los esperado por los aficionados al buen fútbol. Fue una delicia para cualquier espectador, menos para los participantes en el partido. Estos tenían la presión de cerrar la clasificación a la siguiente ronda.
El partido que cerraba el grupo, tocaba contra Bolivia, donde el conjunto local se afianzó como un candidato serio al titulo metiéndole cinco goles al equipo boliviano.
Uruguay, un viejo rival
El partido con Uruguay fue una auténtica batalla. Una batalla, de la que las heridas todavía siguen abiertas. Una batalla de emociones y física, desde el plano personal al futbolístico.
Así se puede definir el encuentro en cuartos que enfrentó a Chile y Uruguay.
Todavía se recuerda el ‘’dedo’’ de Jara que hizo expulsar a Cavani, las peleas con los árbitros y la tensión del partido al que se llegó con empate casi hasta el final.
Sin embargo, apareció Mauricio Isla, a última hora, para hacer vibrar a una nación entera metiendo el gol del triunfo y mantener el sueño intacto.
Los 11 metros de gloria
La semifinal contra la selección peruana fue un clásico partido decisivo. Como casi todos en esta edición. Un golazo de Vargas ponía a Chile por delante, rumbo a la final de la Copa.
En la final, un viejo y clásico enemigo. Argentina. Le selección albiceleste llegaba a la final como clara favorita.
Un 6-1 a Paraguay y Leo Messi como principal referente: el equipo argentino mandaba en las apuestas deportivas.
Los minutos pasaron sin goles durante los 120 de partido y pròrroga. Un encuentro planteado perfectamente desde el punto de vista táctico por parte de Sampaoli: la final se decidiría en los penales.
En esa tanda aparecieron las grandes figuras. Claudio Bravo, que le paró un penal a Ever Banega. No lo podía creer. Y tampoco pudo creer Chile lo que hizo Alexis. El gol a lo panenka, que daba el título, el primer título a Chile como campeón de la Copa América.
Así comenzó una de las etapas más gloriosas del la Selección Chilena. Selección por la cuál puedes apostar en la Eliminatorias, con estos bonos para apuestas deportivas. La Selección siempre es un éxito asegurado.
Fotografía Conmebol.
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