Para algunos era la final anticipada de la liguilla. Los sinsabores del fútbol estarían presentes sí o sí. Claro, porque uno de los dos quedaría en el camino. Paradojas del juego, el que más propuso terminó con las manos vacías. A la hora de competir, la efectividad vale y mucho y eso fue precisamente lo que tuvo Deportes Temuco.
El partido fue equilibrado, aunque si fuera por puntos, como en el boxeo, lo hubiese ganado Ñublense. Dos tiros en los palos le negaron la posibilidad al rojo de seguir en carrera por el ascenso. Uno, incluso pudo ser olímpico.
Pero hay que darle mérito a Temuco. Resistió cuando tuvo que hacerlo, aún no recibe goles en contra en esta liguilla, José Luis Gamonal responde y la zaga lo acompaña. Siempre seguro en el juego aéreo, pese a su estatura, se impuso y eso que siempre merodeaba en el área David, “Chiquito”Escalante.
La estrategia también jugó su parte. En el segundo tiempo Patricio Lira, entrenador del “pije” cambió la forma de ataque. Mandó a la cancha a Gastón Cellerino en lugar de Diego Arias. Y ahí Temuco apostó a sus tanques en ataque. Balonazos al área y ahorro de energías, la ofensiva ahora era mucho más directo.
El gol llegó en una jugada discutible. Una supuesta infracción sobre Hugo Droguett, derivó en un tiro libre ejecutado por el propio Droguett y el enorme brinco de Luis Casanova. Golazo, cuando el reloj indicaba 68′.
Quedaban emociones, discusiones. Sobre el final, una mano en el área de Temuco que pareció penal, nada sancionó Christian Rojas, que al margen de ese cobro, tuvo un bajo desempeño. Le quedó grande el partido. La historia pudo ser distinta, pero ya está escrita…Deportes Temuco sigue soñando con el retorno.
Fotografía Cristian Sepúlveda.
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