A finales del 2011, el consejo de presidentes de la ANFP votó a favor de la creación de la segunda división profesional del fútbol chileno, una categoría que claramente buscaba convertirse en una barrera para los clubes que desde el fútbol amateur pretendían alcanzar el profesionalismo.
Por lo mismo, al poco de tiempo de su creación en una salvajada propia de los tiempos y gobiernos que ha tenido la ANFP en sus últimos años, se establecía el cobro de una millonaria cuota de incorporación para el elenco que ascendiera desde segunda división a Primera B. 50 mil UF debería pagar el campeón de segunda si quería pertenecer al club de los propietarios del CDF. La cifra se bajaría con los años a 25 mil UF.
En un fallo que puede calificarse de histórico, el Tribunal de la Libre Competencia sentenció que la ANFP debe suspender de inmediato el cobro de esta cuota y de paso, debe pagar 2,3 millones de dólares como sanción por haber implementado esta medida.
Haciendo un poco de historia y basándonos en lo publicado por el secretario de Deportes Concepción, Carlos Campos, revisemos como votaron los clubes para el establecimiento de la elevada suma, a todas luces un castigo para el campeón de segunda.
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