Más allá de los títulos, de los triunfos, hay equipos en el fútbol chileno que están rodeados de épica, de historia, de tradición y por lo mismo de apego y aprecio por sus colores.
Esta tarde en Chillán, medirán fuerzas dos emblemas que representan precisamente eso: el amor por la tierra natal y el orgullo de una herencia que se traspasa de generación en generación: Ñublense y Rangers.
Centenarias instituciones que han convivido con las alegrías y las derrotas. Seguramente, sentados en un bar dialogando de fútbol, hinchas de ambos equipos tendrían la capacidad de empatizar con el sentimiento del otro, de decir, ¡puta, si no es sufriendo no vale!
Habrá sufrimiento, claro. Serán noventa minutos de tensión que pueden marcar toda una temporada. El camino en la B no es sencillo; al contrario, es rudo, agreste, con sinsabores, pero eso lo hace tan especial.
Habrá nervio, serán noventa minutos de tensión. ¡Era para jugarlo a estadio lleno! Las condiciones hoy no lo permiten, pero tanto el hincha ñublensino como el rojinegro, se imaginará en cuerpo y alma alentando en el estadio, dejando la garganta por los colores que tanto quiere y a los que espera acompañar, esta vez espiritualmente, en lo que anhela, sea el camino a primera división.
El tiempo dirá, si fue un duelo decisivo o no, si fue una final anticipada o no…por acá, simplemente, esperamos un partidazo.
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