Por @Pablo_sepúlveda
Recuperar la identidad, la mística, el sentimiento, suena a utopía en tiempos de fríos números, cálculos y sobretodo dinero.
Pero no se engañe. Es cierto, estamos en 2016, en pleno apogeo del capitalismo financiero, ese que permitió incluso la privatización de la pasión futbolera pero aún hay idealistas y románticos. Al menos soñar sigue siendo gratis pareciera ser el lema que mueve a algunos, a los silenciosos, a los sin voz que se atreven finalmente a protestar e intentar recuperar lo que por historia y tradición, dicen, les pertenece.
Es el caso que se vive en Unión La Calera. La distancia entre la sociedad anónima que encabeza Christian Le Bihan y los hermanos Pini -estos últimos otrora controladores de Rangers- con los hinchas es radical y pareciera, si es que aún es posible, que solo se intensificará con el paso del tiempo.
Agrupados en la “Banda Cementera” – grupo juvenil que cuenta con personalidad jurídica – los seguidores caleranos dicen estar cansados de las promesas incumplidas de los accionistas. No duele solo el reciente descenso, sobretodo molesta la pérdida de identidad y la falta de respeto a funcionarios del club. No extraña, la historia tiene valor muchas veces por lo que enseña; ya en Talca se vivió algo muy similar.
Por eso decidieron movilizarse. Ya realizaron algunas protestas y ahora organizan una marcha, programada para el próximo sábado 3 de septiembre.
“Llevamos varias semanas organizando una marcha familiar y pacífica que se va a llevar a cabo en el sector de Plaza cemento Melón a las 17:00 horas. Hacemos el llamado a toda la comunidad de La Calera, más que hinchas o simpatizantes del club, convocamos a la comunidad entera, a los nacidos y criados acá, independiente del color político o el equipo que alienten, esta es una lucha comunal. La Banda Cementera está haciendo todo esto para que la comunidad se dé cuenta del malestar debido al actual manejo. Unión La Calera es el único patrimonio vivo que tenemos los caleranos”, expresa a nuestro medio Franco Monasterio, representante de la agrupación Banda Cementera.
En concreto Monasterio afirma que “motivos hay muchos, el manejo actual de los argentinos trianguladores que hoy tenemos al mando del club, ha sido una administración para nosotros nefasta, una seguidilla de errores y falta de respeto hacia el hincha en general y también hacia las personas que han sido funcionarios del club, ex dirigentes, ex jugadores, ex técnicos. En definitiva el malestar es cien por ciento contra la actual dirigencia del club. También es una seguidilla de malestar que ha tenido esta institución y otras respecto a las sociedades anónimas, como hinchas hoy entendemos que desde que llegó este modelo, esto se convirtió en un negocio. Para los que sentimos esto como una pasión, ver que lucren con tus sentimientos es súper doloroso, tenemos que hacer algo, estamos a tiempo”.
Para entender la crisis que hoy atraviesan los cementeros -señala Monasterio- hay que remontarse hasta el año 2008, cuando los antiguos dueños del club vendieron y se transformó en sociedad anónima deportiva. “De a poco se fue notando esta distancia contra el pueblo, sin embargo estos tres últimos años se ha percibido mucho la poca cercanía con el club, hace años que no tenemos una tarde o noche roja para presentar al actual plantel, la hinchada se ha encargado de tratar de rescatar la identidad de la ciudad. Nos damos cuenta que el club está de brazos caídos, tenemos la claridad que no debemos dejar pasar eso”.
Los controladores del club, actualmente están radicados en Argentina. La cabeza en Chile en materia dirigencial es Sebastián Opazo, gerente de la institución. El representante de los hinchas afirma en relación a ese punto que “eso me dice muchas cosas, que estas personas dejan a alguien para que sea una cara visible, no conocen siquiera un jugador que puedan tener en cancha, no conocen la ciudad, no saben la historia de este club. He sido testigo de eso, estos tipos no saben que compraron, que cantidad de hinchas tienen, solamente compraron un papel que indica que tienen una sociedad anónima y tratan de tener la mayor cantidad de ganancias con este negocio que es Unión La Calera”.
“Entiendo claramente que Sebastián Opazo no es el culpable de todo esto, es solo la cara visible pero le va a pasar la cuenta a la larga porque la gente se va a desahogar de alguna forma cuando lo vea. Personalmente entiendo que no es culpable pero si siguen (los accionistas) despidiendo injustamente a técnicos de inferiores que les estaban salvando el pellejo para dirigir contra San Luis, es difícil que la hinchada los respete. Si ellos quieren respeto, tienen que respetar a la gente, eso es fundamental”.
Por más que las promesas que acompañaron al sistema de sociedades anónimas apuntaban a evitar los problemas financieros que el modelo anterior de clubes sociales evidenció, lo cierto es que el sistema tiene grietas que son tangibles. Deportes Concepción por ejemplo, fue desafiliado de la ANFP por una nefasta gestión financiera. Hoy los hinchas se organizan y tratan de rescatar la institución desde las cenizas. No son los únicos, seguidores de distintos clubes comienzan a interiorizarse en el tema y surgen movimientos que pretenden actuar, al menos de contrapeso, del actual sistema privado de gestión de las instituciones del fútbol chileno.
“La gente de Unión La Calera está muy ansiosa porque ven lo que pasa y piensan que la hinchada no se hace presente, pero independiente a la marcha de este sábado, en la Banda Cementera hay mucha gente bien preparada, no quiero dar detalles pero eso está pavimentando la ruta correcta a seguir y llegar a un cambio positivo. Estamos en contacto, organizados, en corporaciones de deportes, en cercanía con otros clubes, esto es lo lindo que se forma, lo que se vive después de la mala administración, hay mucha gente que se empieza a unir”.
Los contactos han incluido, revela Monasterio, a gente de Talca, hinchada que en reiteradas oportunidades expresó sus diferencias con la administración en la época de los hermanos Pini. “Hemos tenido conversaciones con gente de Rangers, de Magallanes, de Colo Colo, de Católica, de Universidad de Concepción, hay muchos clubes que están en esto, muy bien organizados. Hubo eventos que se llevaron a cabo la semana pasada, en Valparaíso tenemos otro el sábado que se viene, en la mañana estaremos allá. Estamos trabajando en explicarle a la gente cual es nuestro malestar y también en temas legales”.
Si bien el panorama es complejo, el calerano cree que es posible encontrar una salida que satisfaga las aspiraciones de los hinchas cementeros. No solo se trata de dar un cambio de timón, también hay que establecer un modelo de gestión que sea exitoso para el club. Las corporaciones deportivas en Chile, actualmente son escasas y algunas, como Deportes Puerto Montt, viven días negros en el ámbito financiero. De hecho en el sur, hay una “Puertoton”, campaña que pretende convocar el apoyo de los hinchas para dar algo de vigor a las pobres arcas del “delfín”.
“Mientras sea hincha, todos los movimientos que puedan generar un cambio, creo que son viables. Si bien el camino si se logra, va a ser difícil, es viable, por eso estamos buscando la ruta correcta. Creemos que el modelo a seguir es, que ellos puedan vender sus acciones y que compren empresarios locales. En ese sentido, tenemos muchos colaboradores, gente que es parte de la banda y gente que no, estamos trabajando en eso, contactando a las empresas locales, tenemos un porcentaje bien avanzado porque si llegamos a tener éxito debemos estar listos, hay empresas y personas dispuestas a poner lucas para comprar acciones”.
Pero… ¿Hay espacio para la autocrítica de los hinchas, se pudo hacer algo antes para evitar este panorama? Monasterio entrega su respuesta. “Aquí no hay reacciones tardías, hay compromisos y palabras que nunca se cumplieron de parte de ellos. A fines del año pasado, nos reunimos muchas veces, bajamos las entradas a dos lucas, fueron gestiones nuestras. Lamentablemente después de ese campañón de llevar gente al estadio, que lo logramos, bajamos a Primera B, sin embargo nos pidieron que los siguiéramos ayudando. Insistieron en que se iban a enfocar en las juveniles, pero esas cosas no se cumplieron, fueron decisiones adversas a lo prometido, todo explotó con el despido injusto de Jorge Díaz, es una de las cosas que exigimos en esta marcha, su regreso.
“No reaccionamos tarde, siempre ayudamos para que la identidad del club no se perdiera, colocamos letreros en el centro, salimos a promocionar los partidos en vehículo por alto parlante como era antes, eso se perdió. Hicimos eso con recursos propios, se portaron mal, tomaron decisiones absurdas, traemos un entrenador que no puede dirigir en el país, ya sabemos que no va a poder dirigir, de qué estamos hablando, no podemos seguir aguantando decisiones estúpidas”, remata.