Por @Pablo_sepúlveda
Luego de seis años defendiendo la casaquilla de Deportes Copiapó, Roberto el “Zorro” Muñoz hará las maletas y dejará el club. Se le acabó el contrato y no hubo renovación. Además, a comienzos de semestre sufrió una fractura de tibia en la pierna derecha que lo marginó de la competencia por toda la primera rueda.
Pese a estar recuperado y en condiciones físicas, deberá emigrar. Lo hace dejando una buena imagen entre los hinchas, tranquilo y asumiendo que en el fútbol estas cosas pasan. De hecho, se lleva un grato recuerdo del “León” de Atacama y todo lo que rodea a la institución.
“Fueron seis años donde pasamos de todo. Estoy agradecido del club, terminé mi contrato y simplemente no se me renovó. Traté de dar lo mejor de mí, en cada partido me maté por esta camiseta, me voy con el cariño de toda la gente del club, últimamente no tuve la oportunidad de hablar con los dirigentes pero estoy agradecido de ellos”, señala en conversación con www.futbolprimerabchile.cl
“Hace siete meses atrás sufrí una lesión muy lamentable, ellos se portaron muy bien, estuvieron preocupados de mí, nunca me dejaron solo. Esas cosas no las hace cualquier persona así que me me voy agradecido, ahora a afrontar nuevos desafíos, no pienso retirarme aunque muchos daban mi retiro luego de la fractura a los 34 años. Quiero jugar dos o tres años más y después ojalá seguir ligado a una cancha, estoy terminando el tercer año de la carrera de entrenador”, agregó.
Eso sí, pese a la tranquilidad que se refleja en el diálogo telefónico, lo cierto es que la nostalgia a la hora de la partida es inevitable. Para el “zorrito” Deportes Copiapó fue su segunda casa y siempre cuesta desprenderse de los afectos. Asimismo, la partida de Baltazar Astorga dejaba un cupo en la defensa, pero no fue considerado.
“Si me lo preguntas fríamente, me hubiese gustado continuar y haberme despedido en la institución, me identifiqué mucho. Jugué ocho años en Fernández Vial – terminé referente y capitán del equipo – después un año y medio por Lota Schwager y seis años en Deportes Copiapó. En el fondo me hubiese gustado retirarme ahí pero el fútbol tiene estas cosas”, manifiesta.
Durante el periodo de Rubén Sánchez, Muñoz no logró ser titular indiscutido, aunque siempre estuvo considerado. En ese sentido reconoce que “me costó mucho jugar con el profe Rubén, tenemos una relación de técnico a jugador, no empezaba jugando en las primeras fases de los campeonatos pero a punta de esfuerzo y entrenamiento, le daba la vuelta al destino y terminaba jugando igual. Mi relación era de técnico a jugador, más allá no”, enfatiza.
Tras un largo periodo alejado de las canchas por la lesión que sufrió en un partido a beneficio en Arauco, llega la hora de ponerse a punto para una nueva competencia. Es que como señala, no piensa en el retiro e incluso ya tiene nuevo club, Vallenar, donde se reencontrará con un viejo conocido: Francisco Michea, con quien jugó en los atacameños, es el entrenador del equipo.
“Tenemos una relación de amistad, ahora trataré de ir a darle una mano junto a Juan Toloza, aportar toda mi experiencia y bagaje con los más jóvenes para sacar de la difícil situación en que se encuentra el equipo”.
“Me operé en una buena clínica con el doctor Ríos, especialista en tren inferior. He tenido una buena recuperación y ya estoy haciendo fútbol, me falta un poco en la parte física que es lo que estoy metiendo ahora. En 15 días estaría en condiciones de afrontar el campeonato de la segunda división”, añade en relación a su largo periodo de inactividad.
Con tres años de estudio en el INAF, Muñoz se encuentra cerca de terminar su ciclo formativo como director técnico. Pretende seguir ligado al fútbol, lo más cerca posible de una cancha. Y aunque no ve el retiro a la vuelta de la esquina, si proyecta lo que será su futuro tras colgar los zapatos.
“Sería un bonito desafío volver el día de mañana a una institución que me trató bien por seis años y llegar como entrenador, hay que prepararse, he aprobado todos los ramos con buenas notas, habrá que hacer carrera en la otra parte para seguir ligado a una cancha”.
Conocedor de los detalles de la interna del club, el zaguero confía en lo que se viene para el ahora, su ex equipo. “Los veo bien, están en la medianía de la tabla pero creo que se viene un semestre bueno. Con la entrega del estadio próximamente, Copiapó va a ser muy fuerte de local”.
En esa misma línea, el aguerrido defensa siente que es hora de que en el norte del país apuesten definitivamente en grande. “Deportes Copiapó es una institución sólida, tiene las comodidades para pelear algo importante. El equipo ya no está luchando en las últimas posiciones. El año pasado perdimos el último partido con Iberia y estábamos a punto de entrar a la postemporada. Copiapó debe decidirse, ir por el ascenso, sobretodo si ahora se entregará el Luis Valenzuela Hermosilla, cuando el estadio estaba operativo éramos muy fuertes de local”, recuerda.
Por último, en la hora de la despedida, no deja pasar la ocasión para mandar un mensaje a los hinchas. Asegura que “me hicieron sentir como un copiapino más, nunca me sentí un extraño, me voy tranquilo, llegué a ser capitán del equipo. Ojalá nos volvamos a encontrar mañana, a lo mejor en otra faceta pero agradecido total de toda la hinchada”.