Por @Pablo_sepúlveda
Exactamente 20 años atrás, Rangers y Everton protagonizaban una definición de las más recordadas, si no la más, en la Primera B.
Estaba en juego el título del Apertura 1997 y el paso a primera división. El contexto era de ensueño: el Fiscal de Talca estaba totalmente lleno, pero un agüacero que se dejó caer sin piedad sobre la ciudad, puso en riesgo el partido.
No importó. Más de 17 mil talquinos y sobre 500 hinchas ruleteros soportaron por varias horas la inclemencia del tiempo. La cancha estaba más que barrosa, en algunos lugares el balón ni siquiera circulaba. Pero el público, que llegó con horas de anticipación, no se iría del reducto de la capital del Maule sin conocer al ascendido.
Sin duda, una jornada para guardar en la bitácora, en la retina, esas que hacen escuela y que generan nuevos hinchas. Un partido para el recuerdo y que más de alguno grabó, aprovechando la transmisión de Televisión Nacional de Chile. El fútbol era un bien público, pero claro, eran otros tiempos.
Tomamos el teléfono y contactamos a Erwin Concha, golero de los rojinegros durante toda esa campaña en la que también destacaron jugadores como Osvaldo Muñoz, Eduardo Pinto, Ricardo Díaz, Eladio Rojas, Manuel Andrade y Ramón Castillo, entre otros. El pequeño gigante del arco piducano, se sorprende, reconoce que no había notado que ya habían pasado dos décadas de esa jornada. Nos pide que lo llamemos en unos minutos más. Maneja a su casa, nos explica.
¿Qué recuerdas de esa final?
“Me sorprendió un poco la llamada, ha pasado tanto tiempo, fue una final histórica por el hecho que dos veces nos tocó jugar con el mismo equipo, ellos más cerca de ser campeones que nosotros, creo que por eso se recuerda esa gran final que nos tocó vivir tiempo atrás”.
Llovía torrencialmente pero el estadio estaba lleno con horas de anticipación ¿Crees que se hubiese jugado si no hubiese habido tanta gente?
“No sé, fue una semana totalmente increíble, llovió todos los días. Me acuerdo que cuando íbamos a entrenar, paraba de llover, terminábamos y se ponía a llover de nuevo. Fue magnífico para nosotros porque cada vez que llegábamos a entrenar se paraba la lluvia, Dios premiaba que entrenáramos tranquilos. Todos pensábamos que el partido, por las condiciones del estadio, la cancha barrosa, se podía suspender. La gente tuvo gran participación que no se haya suspendido porque la cantidad de público era increíble”.
Más de 17 mil personas…
“Por eso te digo, además quedó gente afuera. Llegamos muy cerca del partido después de tomar once y en el estadio se estaban cerrando las puertas, no cabía más gente y avisaban que lo daba la televisión para que se fueran a su casa a verlo”.
¿Por qué crees que el talquino se identificó tanto con ese equipo?
“Creo que porque para nosotros no fue fácil, a pesar que dimos pelea durante todo el campeonato, la gente se empezó a identificar de a poco con nosotros, tenían esperanza porque el campeonato anterior había sido bueno, no nos quedaba más que hacer un buen torneo, era corto, teníamos que hacer lo posible para no defraudar a la gente que domingo a domingo estaba en el estadio. Había pasado mucho tiempo que no jugaba con esa cantidad de gente, se fue repitiendo fecha a fecha, empezamos a tomarle el gusto, saber que no podíamos defraudar a la gente, dimos pelea y alcance a un equipo que estaba totalmente disparado, Everton y con una cantidad de figuras. Nosotros no teníamos tantas, pero si muchachos que querían sobresalir a costa de todo, mostrarle a los demás equipos que podíamos pelear algo”.
Lo decías, vinieron de atrás, tuvieron que ganar nueve partidos en línea para dar caza a Everton, once fechas invictos si se cuentan las dos finales. Solo perdieron con Melipilla durante toda la campaña, simplemente notable…
“La campaña para nosotros era buenísima, imagínate para Everton que también llegó a estar lejos de nosotros. Aprovechábamos cuando Everton empataba, ganábamos y nos acercábamos un poco, le dábamos emoción al campeonato porque éramos los que estábamos peleando la clasificación ese año. Te vuelvo a decir, un equipo tener dos opciones para ser campeón y nosotros dos para amargarle al equipo que era favorito”.
Hubo otros momentos increíbles de la campaña. En el último partido de local remontaron un 0-2 en contra ante Ñublense, además ganaron en la agonía en El Salvador…
“Si, en el último minuto, no lo voy a olvidar porque el año anterior, antes de llegar a Rangers estaba jugando por Cobresal, me tocó amargarle la tarde a Rangers cuando fueron allá y después por Rangers me tocó amargarle la tarde a Cobresal porque en el último minuto, Manuel Andrade anotó un golazo. Para nosotros todos los partidos eran imprescindibles, no podíamos perder ninguno ni perder puntos si queríamos alcanzar a Everton y disputar con ellos. El partido con Ñublense igual, perdiendo dos a cero, dar vuelta el resultado, creo que fueron motivaciones grandes que nos llevaron a pelearle a Everton de igual a igual, no con tanta diferencia como ellos pretendían, porque ya se consideraban campeones”.
En la última fecha, llevaron más de 5 mil personas a Collao para el partido con Fernández Vial, equipo que ya había dejado a Rangers en la B en 1995, cuando le ganó en Talca, también en la última fecha.
“Me he sacado siempre el sombrero con la gente de Talca, después jugamos en primera, iba Colo Colo, la U y seguíamos siendo más que los equipos populares, ahí la gente demuestra otra cosa, quiere a Rangers, que su equipo se mantenga en lo alto de la tabla y así lo acompaña. En los últimos periodos Rangers no ha hecho muy buenos campeonatos y por eso la gente no los ha acompañado tanto, pero cuando anda bien, la gente se prende y hace sentir a cualquier equipo visita, donde íbamos con Rangers ese año, iba mucha gente y eso a nosotros nos motivaba, era como jugar de local en cualquier parte”.
¿Qué pensase en el penal en la ida en Viña, se les iba el título y el ascenso?
“En esa instancia lo único que quería era que la pelota no entrara, no se me pasaba si perdíamos el título, no recuerdo cuando tiempo quedaba pero no era mucho. Dios premió nuestro esfuerzo, un penal que no tendría porque haber sido, ese árbitro no dirigió más, lo castigaron. Eso fue lo bueno, Pablo (Caballero) pegándole al travesaño, la pelota sale, creo que esa fue la jugada que nos hizo campeones después. No me acuerdo ni me quiero acordar del nombre del árbitro porque después que cobró, le gritamos, le dijimos muchas cosas, las personas que no son gratas, no te quieres acordar”.
¿Con qué momento de toda la campaña te quedas, alguna anécdota que se pueda contar después de tanto tiempo?
“Anécdotas muchas, la gente no conoce pero sufrimos algunos percances. A veces uno no sabe si contar o no porque puede generar algunos problemas. Pese a todo lo pasamos bien, una de las personas que más alegraba el camarín era Manuel, el “Chasca” (Andrade), un tipo desordenado, nos generaba siempre mucha risa. Entrenábamos en las mañanas, Manuel a veces se nos pasaba, teníamos que esconderlo y así cosas, pasaron hartas anécdotas bonitas, si me pusiera a contarlas necesitaría mucho rato, son demasiadas”.
En general, ¿Cuál fue el secreto del éxito de ese equipo?
“Creo que Raúl Toro eligió muy bien los jugadores para pelear ese campeonato, no me gusta decirlo, me gustaría que otras personas lo hicieran, se eligieron los que faltaban para Rangers y sumar a lo que se había hecho anteriormente. Raúl lo consolidó, porque pese a que el segundo semestre no jugábamos nada, igual dimos pelea, estuvimos segundos, terceros, peleamos el campeonato de nuevo, no nos quedamos solo con ser campeones”.
¿Qué te parece la actualidad del club? Rangers parece ser que ya no es el equipo de antaño, cada vez lleva menos gente al Fiscal…
“Culpo un poco a la dirigencia, no soy partidario que los técnicos que estén, sean juzgados solo por como anda el equipo, si no anda en dos o tres partidos, llega otro, dos o tres partidos más, no anda, lo cambian. Creo que eso genera no solo un malestar en la gente, también en los jugadores, tienes tantos técnicos durante un campeonato que no se define un sistema de juego, eso hace que los jugadores no puedan mostrar nada en la cancha y que la gente se aburra de no ver al equipo jugar de alguna forma. Cada técnico llega con una forma distinta y un plan de trabajo, eso ha afectado a Rangers, no se han podido consolidar, pero creo que un buen campeonato, con un entrenador que lo dejen trabajar, estoy seguro que podrá andar bien y el hincha podrá volver al estadio. Los estadios están cada vez más hermosos, me habría encantado jugar en esta época”.
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