No tenía margen y respondió. Cobreloa llegaba al duelo frente a Santiago Wanderers -uno de los encuentros más atractivos de la penúltima fecha- obligado a ganar para traspasarle la responsabilidad a Coquimbo y obligarlo a ganar el partido, que se jugaba en paralelo en el Bicentenario La Florida.
El partido fue entretenido, intenso, con dos equipos que proponen y que de paso, estaban midiendo fuerzas en un eventual choque por el segundo ascenso a primera división. En teoría, son los grandes candidatos a pelear por ese cupo.
La apertura de la cuenta llegaría en favor de la visita, que se las ingeniaba para hacer daño a través de su mejor jugador, el venezolano Reiner Castro, quien con su velocidad era un constante peligro para la retaguardia minera. El reloj indicaba 27′ de juego, cuando el puntero logró superar la resistencia de Raúl Olivares y marcar la mínima diferencia con la que se fueron al descanso.
Si la semana pasada, Cobreloa había dejado muchas dudas en su presentación en El Salvador, lo cierto es que en el segundo tiempo del duelo con los caturros, lavó su imagen y sus heridas; principalmente por la actitud que mostró en el campo de juego.
Clave resultaría el ingreso de Sebastián Romero por Pablo Parra en los 59′ de juego. El canterano sería la figura de la cancha ya que en los 65′ decretaba la paridad y volvía a encender la ilusión loína, esperanza que se acrecentaría aún más en los 73′ de juego, cuando repitió dosis, dando vuelta el partido.
Así Cobreloa aprovechaba el empate de Coquimbo en La Florida frente a Melipilla, para prolongar el suspenso en la Primera B. Todo se decidirá en la última fecha de un gran torneo 2018.
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