En una nueva muestra de solidez y contundencia, Curicó Unido superó a domicilio a Ñublense de Chillán por 2 a 0 y estiró a cuatro puntos la diferencia con su más cercano perseguidor, San Marcos de Arica.
El cuadro de Luis Marcoleta trabajó de modo inteligente el compromiso. En el primer tiempo no estuvo tan fino en los metros finales pero se las ingenió para mantener su arco en cero, aunque el protagonismo le correspondía a Ñublense.
Sebastián Páez era el encargado de darle fútbol al mediocampo del anfitrión. Junto a Lucas Triviño se las ingenieban para complicar, aunque la lesión del atacante argentino en pleno primer tiempo, puso fin a ese circuito y dejó sin poder ofensivo a los “Diablos Rojos”.
Curicó comenzó a aprovechar esta situación en el segundo tiempo, cuando se apoderó del control de las acciones y visitó con regularidad la portería de Sebastián Contreras.
En los 51′, un centro de René Bugueño le permitió a Leonardo Olivera despachar un zurdazo que dejó sin opciones al golero rojo. El atacante curicano se cobraba revancha ya que finalizando el primer tiempo se había perdido la apertura de la cuenta en una ocasión clarísima.
En los 75′, un error de Elvis Acuña costaría caro al dueño de casa. Gary Tello aprovechó para habilitar a Olivera y el artillero nuevamente no perdonó. Era la tranquilidad para un Curicó Unido que brilla en la cancha y sueña con el ascenso.
Sobre el final la expulsión de Felipe Albornoz ratificó la impotencia de Ñublense que desde el 2004 no le puede ganar en Primera B como local a Curicó Unido. Los torteros, únicos líderes de la competencia llegaron a 34 unidades. Lejos, muy lejos, se quedó Ñublense con 15.
Fotografía www.curicoalbirrojo.cl