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Qué pasó con el fútbol chileno tras el Golpe de Estado de 1973

El 11 de septiembre de 1973 no solo marcó un antes y un después en la historia de Chile. El Golpe de Estado también tuvo repercusiones directas en el fútbol nacional, con un campeonato interrumpido, estadios utilizados como centros de detención y un ambiente de tensión que atravesó toda la temporada.

El campeonato de Primera División fue suspendido tras el 11 de septiembre

El torneo de Primera División 1973 ya tenía irregularidades antes del Golpe. Colo Colo había disputado la Copa Libertadores, la selección estaba enfocada en la clasificación al Mundial de Alemania 1974 y varios partidos habían sido aplazados por lluvias.

Según el periodista e historiador Edgardo Marín en conversación con The Clinic, “en agosto los clubes decidieron reanudar el torneo el 3 de octubre, lo que no se pudo debido a la contingencia. El certamen volvió a jugarse el 13 de octubre. O sea, de acuerdo al calendario, estuvo suspendido desde el 3 al 13 de octubre de 1973. Solo diez días”

El campeonato se extendió hasta los primeros meses de 1974. Unión Española fue campeón el 2 de febrero, mientras que Universidad Católica descendió a Segunda División.

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Estadio Nacional fue convertido en centro de detención

Uno de los efectos más visibles del Golpe fue el uso de recintos deportivos como centros de reclusión. El Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos se convirtió en el principal campo de prisioneros del país en 1973. Esto obligó a modificar la programación: el clásico entre Colo Colo y Universidad de Chile, por ejemplo, se disputó en el Estadio Santa Laura el 28 de octubre, con más de 22 mil personas (The Clinic, 2019).

El ambiente en los estadios cambió radicalmente: miedo, represión y toques de queda marcaron la época. El delantero Juan Carlos Orellana, que debutaba ese año con Green Cross, recordó: “Tuvimos que acomodar los partidos y los viajes al toque de queda. Al comienzo iba muy poca gente al estadio. Supongo que era por el miedo. Pero después el mismo público nos decía que era bueno que el fútbol siguiera, porque era la única entretención para un país que estaba sufriendo mucho” recordó en el medio ya citado..

Jugadores chilenos vivieron la incertidumbre política y social

La inestabilidad también golpeó a los futbolistas más experimentados. Leonardo Véliz, figura de Colo Colo y la selección en 1973, comentó: “El ambiente era tóxico en Chile antes del Golpe. Se anunciaba que venía, hasta que llegó. Después fue peor. Nosotros estábamos muy enfocados en la selección, tuvimos que viajar a Moscú para jugar contra la URSS por el repechaje al Mundial. Obviamente el torneo pasó a segundo plano” .

Pese a la crisis, el fútbol siguió funcionando como válvula de escape. La asistencia a los estadios, sin embargo, cayó de más de 3,6 millones en 1972 a poco más de 2 millones en 1973 (The Clinic, 2019).

El campeonato 1973 se jugó bajo condiciones extremas

El fútbol chileno en 1973 quedó marcado por la crisis política y social. El receso tras el Golpe de Estado, el uso de los estadios como centros de detención y la baja asistencia reflejaron el impacto directo en el deporte.

La pelota siguió rodando, pero en medio del miedo y la represión. El torneo de ese año se transformó en un espejo de lo que vivía el país: un Chile fragmentado, bajo vigilancia y en plena dictadura.

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AUTOR ESPECIALIZADO

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