Mal lo ha pasado Jorge Álvarez en los últimos meses. Luego de su complicada salida de Curicó, marcada por un acto que fue calificado como indisciplina, el volante no ha logrado firmar en otro club, cuando resta una semana para el cierre del libro de pases.
A juicio del curicano, la falta de ofertas atractivas, se debe en gran medida a la situación que vivió a fines del semestre pasado. En la previa del viaje a El Salvador, donde los albirrojos se jugaron su última opción de ascender, su familia le festejó el cumpleaños. A la cita llegaron tres profesionales, que a diferencia de Álvarez, estaban citados para el trascendental lance.
“No viajaba y tampoco entrenaba al otro día, no tenía nada que hacer. La fiesta terminó alrededor de las 2:30, esa fue la supuesta indisciplina” se defiende el mediocampista en conversación con futbolprimerabchile.cl.
El volante apunta sus dardos a la directiva de los torteros, a la que acusa de intentar justificar las derrotas en las llaves frente a Universidad de Concepción y Cobresal y la pérdida de la opción de llegar a primera en el incidente en el que también se vieron envueltos Matías Grandis, Claudio Cutiño y Jaime Cáceres, además de Leonel López.
“Se excusaron en un cumpleaños para explicar porqué no se subió a primera y no en las cuatro derrotas que tuvimos en las cuatro finales que jugamos”, alega.
Asimismo, acusa a los regentes, en especial al presidente Luis Silva, de magnificar lo acontecido. “La dirigencia de Curicó se encargó de hablar mal de mi. Todos los platos rotos los pagué yo. Él (Silva), con un par de dirigentes más se han encargado de seguir hablando mal”, dispara.
Tampoco se salva de los descargos del jugador, el estratega Pablo Abraham, con quien revela, conversó por última vez en el entretiempo de la final de ida frente a Universidad de Concepción.
“Nunca supe su posición, no jugaba en mi puesto y todo eso me llevó a no renovar. Ni siquiera nos despedimos”, expone.
A diferencia del trato que acusa, recibió de parte de la directiva y el entrenador, Álvarez, destaca el apoyo que sintió de sus compañeros ya que “siempre me apoyaron y no puedo hablar mal de ellos”.
A la hora de hacer una autocrítica por su responsabilidad en el hecho, reconoce que la situación era evitable. “Fue poco prudente” asume, para luego aclarar eso sí, que “no me arrepiento porque no cometí ninguna falta con el club porque no iba citado”.