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Solo tres partidos al mando de San Luis de Quillota duró el argentino Juan Manuel López. En ese periodo, cosechó dos duras goleadas a manos de Santiago Morning primero y Deportes Limache después. Entremedio, un triunfo frente a Unión San Felipe que no alcanzó para defender y prolongar su proceso al mando de los canarios.
Tras perder 5 a 0 como local ante los “tomateros”, la directiva tomó la decisión de aplicar un cambio en la gestión del primer equipo. López debió salir y en su su lugar se eligió a un técnico nacional, Juan José Ribera, quien comenzó su periplo en tierras quillotanas igualando 2-2 co Deportes Antofagasta.
Un partido que ya a la distancia, Juan Manuel López seguramente siguió, porque está su deseo de continuar dirigiendo, de tener una revancha. Siente que en Unión San Felipe lo hizo bien; en San Luis de Quillota eso sí, las cosas nunca terminaron de cuajar por completo y así lo comentó en diálogo con PrimeraBChile, conversación que abrió relatando como se dio su salida de la tienda amarilla.
Juan Manuel López analiza su breve paso por San Luis de Quillota
“Nos reunimos, vimos que los resultados no habían sido buenos, no habían sido los esperados, pero fundamentalmente lo que más nos preocupaba era la cuestión que tenía que ver con lo expresado por el equipo en el comportamiento de juego. El equipo nunca mostró en la competencia lo que había mostrado en la pretemporada, hubo algunos episodios en la pretemporada que creo que cambiaron y marcaron el rumbo del equipo, porque el equipo había arrancado y venía muy bien y cuando llegamos a la competencia, no llegamos bien como se había planteado en la pretemporada”, expresó de entrada el argentino, quien hoy se encuentra de regreso en su tierra natal.
Agregó que “conversamos, ellos estaban muy preocupados, nosotros también, porque veíamos que había un cierto grupo de jugadores con los que no veíamos que les llegábamos, que no lográbamos hacer lo que entendíamos que necesitaba el equipo y cuando uno no logra impactar y convencer al jugador como sí lo habíamos hecho en el principio, es muy difícil”.
Relató además, que su salida se pactó en buenos términos. “Un acuerdo de caballeros”, aseguró. “Hablamos con el club, el club se comportó bien con nosotros, nosotros también nos comportamos de una manera caballerosa, fue un acuerdo de caballeros y decidimos separar caminos, porque en la cancha no se estaba viendo lo que nosotros habíamos logrado en la pretemporada. Por ahí, algunas cosas durante la pretemporada que fue muy larga, fueron marcando, cambiando el rumbo. No logramos que el equipo jugara como realmente queríamos y como habíamos logrado en los primeros momentos de la pretemporada y como sí lo logramos en San Felipe“.
Ya con el paso de los días y con la cabeza, sentimientos y emociones con menos revoluciones, analiza además como se fue dando la conformación del plantel canario 2024 y comenta que quizá, cometió el error de forzar la implementación de su propia idea, pese a que había señales que indicaban que los futbolistas no estaban del todo conformes.
“Trabajamos en buenas condiciones, la construcción del plantel fue una construcción que se hizo entre el club y el cuerpo técnico, creo que nunca terminamos de lograr esa química que si logramos con los chicos de San Felipe, ellos como que creyeron o se involucraron o se sintieron cómodos y se sintieron identificados con la propuesta de juego y en este caso es como que no se dio esa química. Pienso que veníamos nosotros a proponer algo un poco distinto a lo que venía jugando el equipo con respecto al año anterior y ese cambio, cuando a uno lo sacan de la zona de confort y le proponen jugar otro tipo de fútbol, algo distinto, muchas veces hay una resistencia, creo que en ese cambio que propusimos no logramos seducir o no logramos generar esa química para que el futbolista se termine de brindar y ejecutarlo con un nivel de convencimiento alto que demanda la propuesta, pero esto no es cargarle al futbolista, por ahí el error pasa por nosotros, no fuimos lo suficientemente seductores para que ellos la puedan desarrollar de una manera con más convicción, pienso que pasa un poco por ahí”.
Su proceso duró apenas tres partidos, ¿Hubo poca paciencia? “Lo de la paciencia, uno hoy a la distancia lo pone a ver, sí, por ahí tres partidos es poco, hemos ganado uno y perdido dos, los dos perdimos mal y lo que había mostrado el equipo no había sido bueno, esa es la realidad, pero bueno, eso no lo determina uno, yo lo que me impulsó a tomar la decisión también de salir es que cuando te das cuenta que no logras el impacto que quieres o no lo logras convencer es muy difícil eso, entonces para que insistir y hacerle perder tiempo al club. Después, también la decisión del club siempre es respetable, en ese sentido nosotros siempre vamos a ser respetuosos de todo tipo de decisiones, más allá de que por ahí, si hubiera percibido eso, por ahí hubiera peleado un poco más, pero bueno, así se dio”.
Los resultados mandan, los hinchas quieren ganar y se vive en una dinámica en la que hoy estás arriba, al otro día eres el peor. “El hincha es pasional y es el gran problema que tiene el fútbol hoy, que todo se mide solamente por el resultado, cuando a nosotros nos tocó con San Felipe, ir a cancha de San Luis y le ganamos, jugando muy bien, dijeron que nosotros habíamos sido muy buenos y que habíamos tomado decisiones y cambiado el rumbo táctico del partido, después nos tocó a nosotros perder, los que antes servíamos ahora no servimos y el que servía era Víctor Rivero. La semana siguiente Víctor Rivero perdió, que no sirve Víctor Rivero y el que sirve es el de la U. de Conce y así vive la gente el fútbol. Por eso, después todo el mundo habla de procesos y nadie está dispuesto ni preparado para sostener un proceso, una casa se construye en un año y se tumba en un día, en el fútbol es lo mismo, una construcción que lleva su tiempo y en el medio, puede haber contratiempos“.
En la mirada de López, no siempre hay que responsabilizar solo al técnico cuando los resultados no llegan. “A veces creo que reducir el análisis de cuando las cosas no salen y señalar solamente al entrenador, me parece que también es un error, la gente no puede vivir el fútbol en ese estado de histeria, quieren ver buen fútbol pero quieren resultados a cualquier precio y a toda costa. Tengo más que claro quien soy yo como entrenador, nosotros no somos un cuerpo técnico tan malo como seguramente la gente señaló porque no nos salió la cosa en San Luis y estamos mucho más cerca o somos lo que expresamos en San Felipe. En Argentina, Quinteros llegó, los primeros tres partidos, cuatro o cinco, perdió casi todos, se comió una goleada 5-0, la dirigencia de Vélez lo sostuvo y después Quinteros terminó con Vélez peleando los primeros puestos de su zona. No hay tiempo, hay una histeria y una locura que a veces no resiste mucho análisis, las redes sociales le dan espacio hoy para que la gente diga cualquier barbaridad con total impunidad y eso va generando un clima que no favorece a que los entrenadores tomen mejores decisiones, a que los jugadores jueguen con más libertad y con más confianza y todo eso, inevitablemente, atenta contra un buen espectáculo deportivo, contra el crecimiento de un equipo, pero bueno, así se vive el fútbol hoy”.
Durante la conversación, en un par de oportunidades comenta que hubo episodios que complicaron la pretemporada o que, tal vez, torcieron el rumbo. Eso sí, evita detallar esos acontecimientos. “Son cosas que en el día a día van pasando y que uno se las guarda para uno, tampoco nada grave, simplemente que hay momentos o situaciones que marcan también el destino de una gestión y que a veces es que uno ni siquiera uno puede elegir, uno se tiene que acomodar y como que bueno, toca, pero no, son cosas que son parte de la intimidad nuestra, con los chicos, con los jugadores, pero bueno, yo creo que hubo algunas cosas que pasaron, que fueron marcando nuestra conducción, marcando el humor que si me preguntas a mi, no impactaron de la mejor manera, pero hoy a la distancia y haciendo el ejercicio de la autocrítica, siempre primero pensando en lo que uno hizo mal, no señalando a nadie, creo que son cosas que inevitablemente marcaron el rumbo; tampoco nosotros tuvimos muchas posibilidades de darle manejo o darle gestión en función de lo que las situaciones fueron pidiendo. No pasó nada grave, pero hubo algunas cosas que fueron marcando el rumbo de nuestra gestión y marcando el clima”.
Tiene claro que pretende seguir dirigiendo. “He tenido un sondeo para volver a Colombia, donde yo trabajé mucho tiempo, también en una función de dirección deportiva, no tanto vínculado al campo, donde yo en Colombia ya tuve un proceso como secretario técnico del Deportivo Cali, que salimos campeones, quedó una buena imagen y nos fue muy bien, acá en Argentina estamos hablando algunas cosas, pero bueno, es muy pronto, hay que ser inteligente y tomar una buena decisión porque la verdad que este paso fue en falso. El que venga tiene que ser un buen paso, en lo particular, yo priorizaría seguir en la dirección técnica porque siento que cuando nos tocó, salvo San Luis que nos fue mal, en San Felipe lo hicimos bien, porque clasificamos a la liguilla, porque creo que el equipo por momentos jugó muy bien al fútbol y sé que si tenemos revancha, lo vamos a hacer bien, vamos a volver fuertes”.
Por último, comenta cuales fueron las lecciones que logró rescatar de su paso por Quillota. “El aprendizaje que saco de San Luis es que cuando uno tiene una idea tan clara de lo que quiere como entrenador para desarrollar en su equipo como forma de fútbol y tiene tan claro cuales son los elementos que necesita para competir, si no logra tener esos elementos, querer adaptar todo el tiempo, creer que el entrenador va a poder torcer cierta naturaleza en el juego del futbolista, creo que es un error. O se readapta a lo que tiene o busca los elementos precisos que necesita para esa idea. Eso es el aprendizaje más grande que uno tiene, cuando nosotros llegamos a San Luis, hicimos una evaluación del plantel, teníamos claro que es lo que necesitábamos, teníamos en claro que es lo que no necesitábamos y bueno, la gestión se fue dando de una forma y fuimos adaptando ciertas cosas y creyendo que íbamos a poder siempre encontrar una solución y hay veces que el juego es más sabio que todos nosotros y uno no puede torcerlo al juego o el rumbo del juego. Nunca terminamos de lograr lo que nosotros queríamos porque simplemente había ciertos elementos que no nos lo iban a permitir hacer”.
“Otro aprendizaje que creo que nos quedó es que sobre todo en la divisional B de Chile, muchas veces quiere tratar de desarrollar cosas que tienen un nivel de complejidad que tal vez el medio o el contexto no lo permiten, entonces a veces hay que ser un poco más conservador, un poco más simple y a veces no querer imponerse a la competencia, si no hacer más lo que la competencia pide”.
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Reporteo Joaquín Arias.
Fotografía Cristian Sepúlveda.
Redacción Pablo Sepúlveda.
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