Las cenizas del primer entrenador de Cobresal ya reposan en la cancha del estadio El Cobre

La historia de Kid Larco, considerado el primer entrenador del hoy conocido como Cobresal, es una historia de amor por el fútbol. De hecho, desde este miércoles, las cenizas de quien fuera también corresponsal de diversos medios de prensa, entre ellos El Mercurio, reposan en la cancha del estadio El Cobre de El Salvador.

No podía ser otro el lugar de descanso eterno para este profesor de matemáticas que se enamoró de El Salvador, su gente y el equipo de fútbol. En 1979 dirigió a la selección del campamento minero con una base de jugadores que pronto darían pie al primer equipo de la albinaranja.

Le tocó partir con alegría. El 13 de agosto pasado su vida llegó a su fin, no sin antes, enterarse del triunfo que consiguió el cuadro de sus amores frente a Ñublense como visita por 2 a 0, el domingo 12 de agosto. Su amor por la institución quedaría plasmado en el último gesto que se concretó este miércoles en la cancha de El Cobre.

Su familia solicitó autorización del presidente de Cobresal, David Agüero, el gerente Juan Silva y el canchero Ibar Rivera, para repartir las cenizas de Larco en la cancha de El Cobre, ceremonia que selló su pacto perenne con el cuadro de El Salvador.

Sus viajes de Caldera a El Salvador

En una nota póstuma que le realizó Las Últimas Noticias– otro de los medios que lo tuvo entre sus filas- queda de manifiesto el profundo cariño que Kid Larco llegó a sentir por Cobresal. Conocido es que le tocó ser el primer director técnico de los mineros.

Pero hay otro hecho que refleja en cuerpo y alma la pasión que Larco expresó por el equipo. En 1982 debió radicarse en Caldera debido a problemas de salud de su madre.

Cada 15 días, se las ingeniaba para llegar hasta El Salvador, recorriendo más de 200 kilómetros para realizar sus informes periodísticos de los partidos de Cobresal, con una paga que le daba lo justo y necesario para el viaje. Es ese espíritu el que hoy reposa en la cancha de El Cobre.