Queda un partido de la tercera fecha de la Primera B pero de no mediar sorpresa, Francisco Román, delantero de Deportes Copiapó, será la gran figura de la jornada futbolística. Convirtió tres de los cinco goles de su escuadra en el aplastante 5 a 2 -a domicilio- que su escuadra le propinó a San Marcos.
Noche redonda del artillero, que debió llevarse la pelota para la casa, literalmente. Así al menos, está implícito en el protocolo futbolístico. Una tradición que esta vez se quebró.
“Mis compañeros me dijeron, Pancho, anda a pedir la pelota, fui y llegó el utilero de Arica, dijo que no, que la pelota era de ellos, que no tenían y que se la iban a descontar. Estaba feliz, no quise hacer problema”, narró el propio Francisco Román a www.primerabchile.cl
“Es entendible, no están pasando por un buen momento, habíamos ganado, no nos íbamos a poner a discutir por eso, es una anécdota, va a quedar ahí”, apaciguó.
Pero como en la vida, los matices estuvieron presentes. “Llego al camarín y el utilero de nosotros, muy cariñoso, gran persona, se acerca y me dice, yo te voy a regalar una, la firmaron todos mis compañeros, va a ser un bonito recuerdo”.
Recuerdo que se suma a otra imagen que quedará en los anales de Deportes Copiapó. Los hinchas, encantados con la actuación de Román, hicieron circular una foto con el atacante vestido con el uniforme del histórico Regimiento Atacama, inmortalizado por Jorge Inostroza, es su épica novela sobre la Guerra del Pacífico, “Adiós al Séptimo de Línea”. El ahora “comandante”, se lo toma con mesura.
“Un poquito de humor, nada más que eso, viajamos en bus, nos veníamos riendo de las fotos que salían en las redes sociales, por lo menos pasamos las quince horas de vuelta con buen ánimo. Hay que poner los pies en la tierra, solo van tres fechas, cuando uno anda bien todos te alaban, cuando no marcas, te matan”.
Una carrera marcada por el profe Durán
El triplete del oriundo de San Vicente de Tagua Tagua – pero criado en Talcahuano – fue el primero como profesional. Lo había hecho antes en tercera división, comenzando así una experiencia en el fútbol que ha estado estrechamente ligada al desarrollo de Erwin Durán como entrenador.
“Hice las cadetes en Deportes Concepción, debuté el 2009 en Primera B, pasos en tercera división, Temuco y Vial, donde estuve tres años. Ahí conocí al profe. Pasó por Naval, igual me llevó ahí, jugué como cuatro o cinco partidos, me lesioné”, recuerda.
Luego vendría el salto a Deportes Puerto Montt, como antesala de su arribo a Deportes Copiapó. Román es claramente, uno de los regalones del estratega, que además ha apostado por Vincent Salas, Cristian Magaña, Jefferson Castillo y Jonattan Núñez, a quienes tuvo en los albiverdes. Durán ya ha sonado en equipos de primera, tal vez su pupilo predilecto, otra vez aparezca entre los elegidos.
“(Risas) No sé, se podría decir que he estado en todos los clubes donde ha estado él, es un tema de confianza, sabe lo que puedo dar, es importante que un técnico crea en uno y le de las herramientas para soltarse. Tengo 28 años, no he podido jugar en primera, sería un sueño, uno trabaja para eso”.
Trabajo que el fin de semana quedó marcado en la red ariqueña, por más que le negaran un premio que se merecía con creces.
Fotografía Deportes Copiapó oficial
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