Román, gol, Román, gol, Román gol. Que noche la del artillero. Imparable. Los centrales de San Marcos, simplemente no pudieron con el goleador. En su memoria quedará el número siete. Claro, si toda la noche le vieron la espalda. Menos mal que a Deportes Copiapó le expulsaron a Jefferson Castillo, si no, la paliza era todavía mayor.
Diferencias abismales. Un equipo que se armó el semestre pasado, que tiene un técnico que ha demostrado capacidad donde ha ido, con una idea clara, ante un elenco de San Marcos que se armó a la rápida, contra el tiempo. Es candidato al descenso este cuadro ariqueño. Todavía queda tiempo para que se refuercen; les llevan seis goles en tres partidos. Apenas uno a su favor. ¿Reaccionará Carlos Ferry?
Son preguntas que deben responder en Arica. Pero, no nos desviemos, la noche tuvo un solo protagonista: Francisco Román. No se llevó la pelota para la casa, se la llevó para el arco. Aplausos, tres veces superó a Nicolás Peranic.
Copiapó madrugo a San Marcos. En los 4′, Nicolás Millán abría la cuenta. En los 14′, Román anotaba el 2 a 0. Había un solo equipo en la cancha. Solo las decisiones del árbitro, consiguieron detener, momentáneamente, a Copiapó. En los 20′ Jefferson Castillo se iba expulsado con roja directa. Sensible baja para el proximo compromiso pero siempre está la opción de apelar. Porque aunque el CDF no transmita los partidos, cámaras hay y se podrá dilucidar si fue justa o no su expulsión.
Reaccionó San Marcos. Alexis Vega encendió la ilusión, pasajera, pero ilusión al fin y al cabo. Durán se preocupó y también sufrió con el rigor de Claudio Aranda. Sin técnico y con un hombre menos, Copiapó se fue al descanso ganando 2 a 1. Poco importó, saben a lo que juegan.
Llegó el complemento y Arica intentó. Estéril esfuerzo. Orellana apareció en un par de momentos y cuando parecía que podía caer el empate ¿Adivine? Francisco Román puso el tercero. El cronómetro marcaba 55′ de juego.
Al menos, amor propio tiene este San Marcos. Ante la improvisación, hay que sacar el coraje. Le alcanzó para descontar. Matías Sánchez, hijo del “Picota”, ex técnico de Copiapó, con golpe de cabeza puso la cuota de preocupación.
Pero arriba seguía estando Román. En el epílogo se arrancó, eludió a Peranic y este lo derribó. Jaime no falló desde los doce pasos. Aún no actualizábamos la web, cuando Román se matriculó con el quinto. Impecable.
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