El plan de Emiliano Astorga para el compromiso frente a Unión La Calera, como el propio técnico reconoció, consistía en mantener el cero y tratar de aprovechar la desesperación cementera, considerando que es el colista en la tabla ponderada.
Pero su estrategia se derrumbó de inmediato ya que sus pupilos entraron durmiendo a la cancha, sin comprender que este partido puede terminar siendo clave en la pugna por no descender.
El reloj indicaba 25 segundos de juego y el rojo ya sufría la estocada que sería letal. Un medido centro de Alberto Martínez encontró totalmente destapado a Gonzalo Abán, quien de cabeza, derrotó a Sebastián Contreras. Displicencia total en la zaga del rojo.
De ahí en más, Unión La Calera demostró que es solo cosa de tiempo escapar del último lugar de la clasificación. Manejó la pelota, cerró sus líneas y Lucas Giovini fue un mero espectador.
La única carta de ataque que exhibía el elenco de Astorga era la velocidad de Ignacio Ibáñez, quien en dos oportunidades logró desbordar y meter centros pero los centrales Felipe Salinas y Víctor Morales, respondieron con solvencia.
El segundo tiempo fue una prolongación de la primera mitad. Ñublense sin claridad prácticamente no pateó al arco, mientras que La Calera apostaba a lo que podía hacer Rafael Viotti, siempre un arma de peligro.
El panorama se oscureció más para Ñublense con la expulsión por doble amarilla de Eduardo Vilches por infracción sobre Alberto Martínez.
Sin ideas el local pereció ante un elenco calerano que ganó en tenencia de balón con el ingreso de Paulo Rosales. Así, Ñublense se complica con el descenso, La Calera suma un nuevo balón de oxígeno.