Cobreloa ganó un partido dramático ante Barnechea y quedó a tan solo cuatro puntos del líder, Magallanes: Héroe de la jornada fue el canterano Nicolás Orrego, autor del tanto que en los descuentos le dio tres puntos de oro a los mineros, que siguen ilusionados con el ascenso a Primera División.
El ariqueño ha debido lidiar con diversas dificultades para comenzar a brillar en el fútbol. Es más, ni siquiera tiene contrato de profesional en los naranjas, una situación que Cobreloa buscaría solucionar a la brevedad.
“En tiempos de la pandemia, como no tengo contrato, sueldo, nada, me di la idea de vender choripanes, habían campeonatos del barrio allá en Arica, en la cancha de tierra y para hacer plata yo vendía choripanes. El único que estuvo ahí, que me iba a buscar a la casa para llevarme la parrilla fue él (Minoban Becerra, otro canterano loíno, también ariqueño), el único que me apoyó en ese momento”, contó hace algunos días en diálogo con Socios del Desierto.
“Me comía todo sí, me pedía fiado y después no me los pagaba”, agregó, dejando en claro la amistad que por largo tiempo, ha cultivado con Becerra.
En esa misma línea, detalló que no había estado considerado en un principio. “Me tocó vender choripanes en las canchas porque a mi no me llamaron para la pretemporada, estaba a la deriva y me tocó ingeniármelas, vendiendo choripanes en la calle”.
Las vueltas de la vida, hoy le tocó marcar el tanto -el primero en el profesionalismo- que hizo crecer la ilusión loína, una historia de superación para un jugador que debe seguir creciendo y que ya le regaló una gran alegría a la hinchada minera.
Fotografía Prensa Cobreloa.
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