Luego de su Ășltima derrota ante Barnechea por la cuenta mĂnima, en La Cisterna, Deportes La Serena, con Sergio Carmona al mando, cayĂł en un pozo oscuro. Los granates, que hace un año no ganan de local, ahora sumaron una caĂda como visitante, que tuvo un final increĂble.
Una vez consumada la pĂ©rdida, el tĂ©cnico Sergio Carmona, asegurĂł que realizarĂa un plebiscito dentro de su plantel para definir, el dĂa martes, su continuidad al mando del equipo. En palabras simples, si el quĂłrum de jugadores era mayor por la opciĂłn de apoyarlo, Ă©l se mantendrĂa a cargo del club. Vox populi vox dei.
La forma en que Carmona esperaba definir su futuro en el club, es inĂ©dita en el fĂștbol chileno y marca el sĂntoma de una enfermedad que padece el equipo y que se trasunta en sus opacos y tristes resultados.
La votación, que finalmente no se realizó porque la dirigencia removió antes al técnico del primer equipo, pudo tener muchas aristas, sobre todo, porque el jefe estaba poniendo su trabajo en manos de sus subalternos, quienes pudieron manifestar su molestia con él y también destruir su ejercicio democråtico con malas pråcticas, ligadas a las ambiciones personales.
Felizmente para Carmona esto no sucediĂł, pero abre una interrogante ÂżPuede un tĂ©cnico de fĂștbol llegar a cuestionar su trabajo al punto que necesita el apoyo de su plantel para salir adelante? o ÂżEstĂĄ capacitado para dirigir en un momento tan complicado alguien que no ha podido âcautivarâ a sus dirigidos?
La culpa nunca es del chancho y el gran papelĂłn que ofreciĂł Sergio Carmona, con estas declaraciones, marcan el presente de la instituciĂłn, que estĂĄ ad portas de recibir un estadio de lujo, el que, quizĂĄs, estrenen en la Segunda DivisiĂłn.
Hoy por hoy ya asoman candidatos para asumir en la banca granate (Cossio, Vergara y Giovagnoli), pero no aparecen las soluciones para sacar adelante a Deportes La Serena y dejar atrĂĄs un torneo sin victorias.
El clĂĄsico ante Coquimbo Unido, una vez consumado el receso, serĂĄ el Ășltimo que dirija Sergio Carmona a los papayeros, y gane o pierda, lo aprueben o no en una votaciĂłn, se va del primer equipo.
Ahora solo queda para los hinchas la esperanza de que su sucesor no tenga tantas dudas como Ă©l, ni menos requiera de la voz del pueblo, en una votaciĂłn popular, para sacar su proyecto adelante.
Por HernĂĄn HernĂĄndez @SoyNano5