Aunque usted no lo crea, San Luis de Quillota, tiene, en el papel, un dueño italiano, un dueño del que prácticamente nadie en Quillota tiene conocimiento. Así comienza un reportaje publicado por El Mercurio en el que se revela el mecanismo por el que el club pasó a ser controlado por accionistas extranjeros -principalmente argentinos- y ligados también a Unión La Calera.
La nota deja en evidencia un complejo tramado de sociedades para llegar al control de San Luis. En primer lugar, se aborda la situación del misterioso personaje italiano, de nombre Carlo Rovegno, quien controla en teoría, el 66% de las acciones de SLQ Holding, empresa propietaria del 71% de las acciones de los amarillos. El otro 33% está en manos de los argentinos Cristian Le Bihan y Gustavo Cerioni, quienes hasta antes del 2018 tenían participación en Unión La Calera, aunque dejaron el club para el arribo de los hermanos Pini (Ricardo y Sebastián). Un 22,5% lo posee el empresario local César Villegas y el resto está en manos de la corporación San Luis de Quillota, estructura sobreviviente del anterior modelo de administración del club.
De acuerdo a lo revelado por el medio ya citado, incluso se consultó a San Luis por la participación de Rovegno. La respuesta fue concisa. “Carlos Rovegno (sic) es uno de los socios de la empresa accionista”.
Las dudas sobre quien controla al club, son palpables en la ciudad. “La verdad es que todo el tema de la sociedad es como una nebulosa. Desde que asumió el grupo de inversionistas argentino le perdimos el rastro a quienes son los verdaderos dueños”, comentó el historiador de fútbol y seguidor, por años, de San Luis de Quillota, Francisco Manzo.
“Increíble, ¡tenemos un dueño italiano!, comentó por su parte Eduardo Rey, presidente de la corporación de San Luis, entidad que posee el 5,5% de las acciones de San Luis, para luego agregar que quien toma las decisiones es “el grupo controlador, pero ahora al menos hay contacto con Iván Cisternas y sabemos para donde van las cosas”.
La presidencia de Germán Paoloski
Ya en manos de los argentinos, a San Luis “arribó” como presidente Germán Paoloski, reconocido periodista trasandino. Su paso fue “fugaz” – visitó la ciudad un par de veces- ya que en su país se desempeñaba a tiempo completo en un programa de televisión. La lluvia de críticas no se hizo esperar, y Paoloski fue liberado de sus “pesadas funciones” como presidente por Iván Cisternas, quien llegó al club a comienzos de año, tras la salida de Fernando Martinuzzi, vicepresidente ejecutivo y quien estuvo en el día a día a cargo del club en la “era” Paoloski”. Martinuzzi se marchó a Audax Italiano , que por ese tiempo también cambiaba de dueños. Cisternas en tanto, volvía a un cargo de figuración pública ya que se había desempeñado como gobernador provincial durante la administración de Sebastián Piñera.
Como se hizo la compra de San Luis
El 23 de diciembre del 2018, San Luis informaba a través de un comunicado que el club cambiaba de dueño. “El 71,55% de las acciones correspondientes a los señores Jaime Baeza Zet, Gaspar Goycoolea Vial, Manuel Gahona Meneses y empresas relacionadas han sido adquiridas por el señor Cristian Le Bihan”, se indicaba en el texto.
“El abogado rosarino que representa a un grupo de inversiones de la misma ciudad, con tal porcentaje en su propiedad ha pasado a ser el accionista mayoritario de nuestra institución, tomando el mando del club a partir del martes 1 de enero del 2019”.
Luego, en una entrevista a una radio de Quillota, Le Bihan entregaría detalles de como se gestó la compra de San Luis y su relación con los hermanos Pini y el representante Cristian Bragarnik, todos argentinos.
“Formo parte de un grupo de abogados trasandinos y decidimos invertir en el club. Mi relación con los dueños de La Calera es principalmente con Ricardo Pini, que es mi amigo y forma parte de mis afectos…estuvimos bien en La Calera, hasta que por problemas metodológicos yo decidí irme y lo hice en muy buenos términos. Esto fue a principios del 2018”, contó en aquella ocasión.
Confesó además que en su momento, San Luis no era prioridad para ser adquirido. “Antes de San Luis tuve intenciones de comprar Ñublense y antes viajé a Ecuador a comprar un club que se llamaba Clan Juvenil. Esto, hasta que el grupo de los antiguos controladores me contactó para ver la posibilidad de realizar un gerenciamiento de San Luis, esto fue en diciembre…acordamos reunirnos”.
Finalmente, detalló como se dio la opción de comprar el club. “Nos juntamos un 14 de diciembre (de 2018). Los cité al aeropuerto de Santiago y ellos (Goycoolea, Baeza y Gahona) acudieron. Estábamos con ideas muy encontradas sobre el gerenciamiento y ellos preguntaron que podíamos hacer y les dije: “Bueno, lo compro”, intercambiamos algunos WhatsApp y el 17 realizamos la operación”.
Posterior a ello, llegaría el nombramiento de Paoloski, pero el hecho más significativo sucedería en abril del 2020: en la memoria anual del club, por primera vez se menciona a SLQ Holding, la sociedad a cargo del italiano Rovegno.
El Mercurio logró dar con Carlo Rovegno, quien escuetamente y sin responder otras preguntas, reconoció que “soy el máximo accionista de SLQ Quillota (sic). En tanto, Cristian Le Bihan afirmó que “nada que declarar al respecto. Son los informes que están y usted puede verlos, que tenga buen día”.
El diario amplió eso sí, la información sobre Rovegno. En internet el único Carlo Rovegno que aparece con cierta figuración es un intermediario italiano que es mencionado en los Panamá Papers, investigación sobre los documentos filtrados de la desaparecida oficina de abogados panameños Mosack Fonseca, que prestaba servicios para armar empresas de papel en paraísos fiscales”.
En aquella investigación, Rovegno figura como intermediario de 16 empresas offshore, de las cuales siete estaban activas en 2015, cuando salieron los documentos a la luz pública.
Una sociedad controlada por Ricardo Pini
Aunque hubo una negativa para ampliar la información de Rovegno, la investigación logró determinar otros puntos. En el Diario Oficial, edición número 42.262, publicada el 24 de enero del 2019, en la sección “Empresas y Cooperativas”, aparece un cambio de razón social que aporta mayores antecedentes.
“Roberto Cifuentes Allei, Notario Público, Titular de la 48 Notaría de Santiago (…) certifica que Galba S.A. y Vitellius S.A. modificaron los estatutos de LDC Comercial Chile Limitada”, en el siguiente sentido (i) Cambio de razón social: se modifica por SLQ Holding Limitada”, (ii) Cesión de derechos: Galba S.A., a quien corresponde 99,97% de los derechos sociales, vende la totalidad de estos a Inverdep SpA; y a Vitellius S.A., a quien corresponde 0,03% de los derechos sociales, vende a Inversiones Deportivas Nacionales SpA, quedando como únicos socios”.
Llamativo también fue el lugar elegido para fijar el domicilio de las empresas que compraron y renombraron a SLQ Holding: Talca -Rangers hace algunos años fue propiedad de Ricardo y Sebastián Pini-. Fijaron domicilio en calle 1 norte, 841, Block2, Oficina C1 de la comuna de Talca.
Pero hay más, tal como se encarga de exponer el reportaje largamente citado. Buscando la ligazón de Rovegno con Talca, en el trabajo periodístico se observó que en el número 40.916 del Diario Oficial, fechado el 25 de julio del 2015 se lee lo siguiente: “Ignacio Vidal Domínguez, notario público titular, Talca, certifico: Por escritura pública de hoy ante mi comparecieron, Andes Inversiones Deportivas, representante Martín Iribarne (…) y La Sombra S.A. representante Martín Iribarne que constituyeron sociedad por acciones: Razón Social: Inverdep SpA. Administración: la administración de la sociedad será ejercida únicamente por don Sebastián Pini Ivancevic y don Ricardo Pini Ivancevic”.
El tema es que los hermanos Pini son propietarios de Unión La Calera desde el 2016. Ahora, a través de un puzzle corporativo, como señala el reportaje, dos sociedades que ellos crearon y administran, dieron origen a Inverdep, controladora del 99,97% de los derechos de SLQ Holding, que a su vez controla a San Luis de Quillota.
En este sentido, las disposiciones legales son claras. No se puede tener acciones en dos clubes. En su artículo 21, la Ley 20.019 indica que “los accionistas que posean un porcentaje igual o superior al 5% de las acciones con derecho a voto no podrán poseer en otra sociedad regulada por la presente ley, que compita en la misma actividad y categoría deportiva, una participación superior al 5% de las acciones…quien exceda el límite establecido estará obligado a enajenar dicha diferencia dentro del plazo de seis meses. Si así no lo hiciere será sancionado con una multa (entre 10 y 100 Unidades Tributarias Mensuales”.
Eso sí, por ahora, San Luis y La Calera están en categorías diferentes, Primera B y Primera División, respectivamente.
La explicación de Ricardo Pini
El Mercurio tomó contacto con Ricardo Pini. “Los edictos (publicaciones del Diario Oficial) solo dan cuenta de algunos antecedentes de la operación. Ni mi hermano ni yo tenemos, propiedad directa o indirecta, en nombre propio o a través de sociedades sobre San Luis de Quillota. Este edicto de 2019 solo da cuenta de la compra de una sociedad que en su momento no tenía propiedad en clubes. Luego cambió accionariamente y desde hace tiempo que ni mi hermano ni yo tenemos propiedad en San Luis ni en sus sociedades controlantes”, afirmó.
¿Cuándo tuvo propiedad en San Luis? Se le consultó: “Nunca”, aseguró, para luego abordar otra interrogante. ¿Por qué cuatro sociedades suyas concurren a comprar y renombrar a otra (SLQ Holding) en enero de 2019, y esta última aparece en la memoria anual de San Luis de ese mismo año como controladora de San Luis?
“Como ya te escribí antes, ninguna sociedad mía al momento de la compra del club participó. Luego, hay información que no me corresponde darte”, fue la aseveración de Pini.
Por último, negó ser socio con Carlo Rovegno. “No es mi socio, no tenemos ninguna relación especial. Carlos Rovegno, se dedica entre otras cosas, a la actividad financiera”, sentenció.
LEE TAMBIÉN:
También podría interesarte: Cuando la alfombra no da para más: El escandaloso presente del fútbol chileno
(Opinión) «Una programación criminal»