Formado en Ñublense, jugó en los “Diablos Rojos” en Primera B en el 2000 y un par de años en tercera división. El año pasado se desempeñó como preparador físico de las divisiones menores del club, pero fue despedido. “Más de lo mismo”, asegura que le dijo el gerente de la institución, Rubén Espinoza para sacarlo sin aviso, de su cargo.
Por lo mismo, decidió, tras asesoría de su abogado, interponer una demanda por despido injustificado ante el tribunal laboral de Chillán. Completó un año con contrato a honorarios y le tocó sufrir en varios meses con el atraso en el pago de sueldos.
“Todo esto fue después de una nota en radio La Discusión, les sorprendió mi salida repentina, sobretodo por el trabajo que estábamos haciendo con Francisco Viveros, le expliqué las razones que me habían dado, netamente absurdas y sin previo aviso, un día antes de retomar el trabajo después de haber quedado eliminados del campeonato del fútbol joven, fueron razones realmente irrisorias”, explicó a Primera B Chile, Ari Reyes.
“Dijo que no era de su agrado, que esperaba otra situación de mi”, añadió el ex futbolista, en relación a la forma en que Rubén Espinoza le inforrmó las razones de su salida. Con el directivo nunca pudo llevarse bien, cuenta. “No hubo feeling con él, la verdad”.
Luego de todos los trámites legales, Reyes consiguió que se sentenciara a Ñublense a pagar tres millones de pesos y todas las imposiciones desde el mes de enero a noviembre del 2017. “Con mi abogado quedamos conformes”, indica.
Al margen de esta mala experiencia, el ex zaguero, quien desea volver a trabajar en el fútbol formativo de algún club profesional, afirma que sigue siendo hincha de Ñublense. Eso sí, tiene una mirada muy crítica del momento institucional y en particular del trabajo en divisiones menores de los “Diablos Rojos”.
“No existen políticas en el fútbol joven, solamente tienen las divisiones menores por cumplimiento de normas de la ANFP, no buscan invertir en el verdadero capital que tiene el club, el patrimonio real son las proyecciones que pueda tener un futbolista de las divisiones inferiores. Imagínate, durante todo el año, con cincuenta niños nosotros trabajamos con cinco balones de fútbol, justamente con niños que están en plena formación, donde hay que hacer mucho énfasis en la parte técnica”.
No es lo único, revela. “En la época de invierno nosotros teníamos que andar buscando el lugar donde entrenar. Paso Alejo, que es el complejo de Ñublense, lo cerraban porque como las canchas son de pasto natural, los niños no tenían acceso a eso. Teníamos que buscar donde pudiéramos, cancha de tierra de un club amateur o una cancha de futbolito de cemento”.
Así, desde su perspectiva, se ve muy difícil que los rojos vuelvan a ser protagonistas en primera división e incluso alcanzar copas internacionales, como hace algunos años. “Los intereses van por otro lado, lo único que se puede esperar de Ñublense en este momento es lo que pueda realizar el cuerpo técnico y jugadores del momento. Si se unen y son ambiciosos es la única manera que el club vuelva a primera y alcanzar una copa internacional. En cuanto a gestión y administración, la verdad no le veo mucho futuro, sinceramente. La administración se encargó de alejar al club de la hinchada”.
Abogado de Ari Reyes: “Ñublense está obligado a pagar”
No le ha ido bien a Ñublense en temas judiciales en el último tiempo. Hace un tiempo perdió en el denominado “Caso Camisetas“. En aquella oportunidad, incluso debió cancelar las costas del juicio, situación que se repite en el caso de Reyes. No hay forma, explica el abogado de Reyes, Julio Manrríque-Ganzúr Al Misleh, que la institución eluda el pago.
“La sentencia está definitiva, lo que estableció son todos los derechos que Ari tiene la prerrogativa de reclamar sin que sean modificables. Ari estuvo sujeto a un contrato a honorarios, en derecho laboral hay unos principios primordiales, uno de ellos es el de realidad, en atención a ese derecho, las personas naturales o jurídicas jamás pueden desconocer hechos que en el mundo fáctico ocurren”.
En términos simples, lograron probar que Reyes tenía una relación laboral permanente con el club. Debía cumplir un horario y acreditaron que esas funciones se realizaron. “Eso es súper importante, el vínculo de subordinación y dependencia, con eso se entiende que hay un contrato de trabajo y como lo hay, los mínimos están establecidos en el código del trabajo, pagar imposiciones, entregar el sueldo cuando corresponde”, manifiesta Manrríque-Ganzúr.
No hubo además carta de despido, otro de los requisitos que se pide. Los plazos para pagar lo establecido por el tribunal laboral, ya están corriendo. “Ñublense tiene que pagar todo, salió totalmente perdido. A Ñublense ya se le pasó el plazo para pagar, tuvimos que empezar a ejecutar medidas de pago compeliendo a pagar. Por lo general es un embargo, si le encontramos un bien a Ñublense, se lo vamos a ir embargar o rematar, si le encontramos dinero se lo vamos a retener y con eso se le pagará a Ari”, concluye el jurista.
Se adjunta lo resuelto por el tribunal laboral de Chillán.
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