Acaba de terminar una nueva temporada del ascenso y como ya es habitual, www.futbolprimerabchile.cl y @primerabdechile estuvieron desde distintas canchas a lo largo y ancho de Chile para llevarles el campeonato más apasionante del país, el más parejo y en el que el resultado es realmente incierto.
Como suele ser habitual al término de un proceso, es hora de balances. Balances desde el punto de vista del campeonato y también balances como medio de comunicación que se debe a sus lectores y que vive para tratar de entregar una información fidedigna a nuestros más de 20 mil seguidores, si sumamos nuestra cuenta de Facebook.
Partamos por el fútbol. La competencia nos dejó un líder indiscutido, campeón con absoluta y total justicia. Deportes Temuco fue el equipo más regular, el cuadro que movió mayor cantidad de hinchas y el que se impuso en la cancha y fuera de ella.
Detengámonos un minuto en este punto. La mancomunión entre hinchas y clubes parece ser clave para alcanzar objetivos grandes. Por más que la estructura de sociedades anónimas haya relegado a los hinchas al papel de meros clientes, el fútbol no es una empresa en el sentido tradicional, su valor más grande es ser una actividad eminentemente social. El lazo de Temuco con su equipo nos recuerda la vital importancia que los hinchas tienen. Súmele una directiva con metas claras, un cuerpo técnico capacitado y prudente, un equipo equilibrado – mezcla de juventud y experiencia- y vea el resultado: Deportes Temuco campeón y nuevamente en primera.
Acompaña a los albiverdes en el viaje a primera, Everton de Viña del Mar. Los ruleteros se ganaron el derecho a definir su ascenso en la primera rueda, en la que conquistaron la postemporada ante un porfiado, irreverente y rebelde Deportes La Serena. Quedaron al debe en la segunda fase, pero realizaron los cambios necesarios y Héctor Tapia cumplió la tarea que se le encomendó: ganó a Puerto Montt en la final y los viñamarinos están otra vez en el fútbol grande de Chile. Parte del trabajo también corresponde a Víctor Rivero y su cuerpo técnico que lograron el primer objetivo para los oro y cielo.
Los delfines también tienen razones para sonreír, aunque se quedaran a las puertas de un ascenso. En silencio, desde el sur construyeron una campaña que fue creciendo y entusiasmando. Era su temporada de retorno a la B y superaron las expectativas. El desafío ahora es retener a sus principales valores y consolidar una base que los catapulte como serios candidatos. Las dificultades económicas parecen ser la gran traba para evitar el éxodo de sus figuras.
La nota negra de la temporada vino desde la ANFP con el caso de Deportes Concepción. Había que culpar a alguien por el desastre de la gestión de Sergio Jadue. Y la culpa recayó en los penquistas, desafiliados por la irresponsabilidad de dirigentes que nunca estuvieron comprometidos con el desarrollo de la institución. La reciente auditoría de la ANFP reveló lo que era un secreto a voces, las platas que Jadue prestó a los clubes, nunca llegaron y se perdieron en esa nebulosa estructura que la ley de SA. permite generar. Paradójico que la gran promesa de mayor transparencia con que arribaron viniera precisamente de Arturo Salah, quien desde su puesto en Chiledeportes fue uno de los principales impulsores de las sociedades anónimas deportivas.
Pero Deportes Concepción tiene razones para mantener la esperanza. Por más que sea víctima de una situación generada por dirigentes, algunos de los cuales siguen y seguirán ligados al fútbol hasta que alguien se atreva realmente a ponerle el cascabel al gato, la crisis despertó a sus hinchas. Se reactivó el club social, una nueva directiva surgida del seno de los hinchas intentará levantar a los penquistas. No mueren los clubes, si su principal valor, los hinchas, están dispuestos a dar la pelea, a levantar banderas de reivindicación y a recordar a diario, como lo han hecho los lilas, que fueron víctimas de la irresponsabilidad de unos pocos que viven con el signo peso entre ceja y ceja. Podría ser un ejemplo a seguir, no solo en el fútbol, en tantos temas en los que el chileno ha sido despojado de sus derechos.
Otro papelón: la suma millonaria que debe pagar Valdivia luego de conquistar un histórico ascenso. Casi 2 millones de dólares, un verdadero atentado a su patrimonio que lesiona gravemente sus opciones de pelear mano a mano en la Primera B. Una prueba más del monopolio que rige hoy al fútbol y que entre unos pocos, se encargan de perpetuar día a día. Entendemos que el mejor equipo de una categoría, el campeón, debiese recibir un premio, no ser castigado por hacer las cosas bien dentro de la cancha. El botín del CDF parece ser más tentador que escuchar el sentido común y sobretodo el valor de una palabra que en Chile, en todo ámbito suena a quimera o derechamente utopía: justicia.
Como medio de comunicación, seguimos una etapa tratando de ir honestamente hacia adelante. Tuvimos la oportunidad de visitar distintas ciudades, La Serena, Coquimbo, Viña del Mar, San Felipe, Talca, Curicó, Concepción, Temuco Puerto Montt, entre otras, además de contar con una red de colaboradores desde Calama a Puerto Montt, en un año que ha sido de crecimiento pero también de consolidación de un proyecto que nuestros lectores han mantenido vivo. Agradecemos, sinceramente la confianza que han depositado en estos escritores, periodistas e hinchas que construyen día a día el quehacer de www.futbolprimerabchile.cl y @primerabdechile, solo queda retribuir con honestidad a la confianza que significa cada click que hacen en nuestro sitio o cada noticia que es replicada o compartida en nuestras redes sociales. Pero nuestro desarrollo y crecimiento no nos deja satisfechos cuando vemos se sigue cayendo en decisiones arbitrarias, como las ya mencionadas de Deportes Concepción y Valdivia.
Lecciones de nuestros viajes por Chile hay varias, pero la principal es que la familia si puede ir al estadio. Pese a que los medios de comunicación tradicionales repitan y repitan imágenes de violencia, la experiencia en terreno nos revela que el tema está absolutamente sobredimensionado y que un tratamiento serio de la noticia debiese dedicarle al menos los mismos minutos que se le dedica a la violencia, al ejemplo de miles que van en familia a disfrutar de la fiesta del fútbol, sin que la camiseta sea sinónimo de división. Habría que recordar también, que el estadio no es violento, es la sociedad la que suele ser violenta al pasar por encima de los derechos de las personas que en ella viven. Estadio Seguro criminaliza a los hinchas y por lo mismo ha fracasado, porque las verdaderas causas de la violencia en Chile están en otro lugar, no en el estadio. Hablemos de educación, de oportunidades, de un país libre de castas y estaremos empezando a mirar el fondo del problema. Pero el fútbol, como la educación, la salud, las pensiones, está secuestrado legalmente en este país y la falta de cohesión social favorece a los mismos de siempre.
Dicen por ahí, que hay que ocuparse, no preocuparse. Muchas veces escuchamos que nuestro largo y angosto territorio debe lidiar con los problemas derivados de la excesiva centralización que deja a las regiones en un segundo plano. Aquí, en este sencillo espacio, tratamos de corregir en pequeña medida esa problemática. Un hincha de Unión San Felipe tiene exactamente el mismo valor para nosotros que el de Cobreloa o Everton, de Rangers o de Unión La Calera. No es la masividad de un determinado equipo lo que determina la importancia de las personas, ni su ubicación en una determinada región o área del país, es precisamente su condición de persona la que nos lleva a dedicarle los mismos esfuerzos a Deportes La Serena o a Iberia de Los Ángeles. Apliquemos ese principio, partamos por nosotros y convengamos que la centralización es un problema, pero un problema que puede comenzar a solucionarse si le damos un valor a lo nuestro, escuchamos nuestros medios locales y no esperamos la validación de Santiago para catalogar algo de relevante o no. No hay nada más importante que las inquietudes personales -si las padecen varios, se transforman en un problema de esa determinada comunidad-. Usted tiene el poder para solucionarlo, y si siente que no lo tiene o que se lo quitaron, comience a recuperarlo lentamente.
No piense solo en fútbol, no vea solo fútbol – puede sonar a disparo en los pies- pero sinceramente no nos interesa una sociedad borracha de fútbol, es más desde el propio fútbol proponemos la creación de espacios de debate, de conversación, de reflexión y análisis, de democratización verdadera para construir un país donde ir al estadio sin violencia sea un derecho tan elemental como el derecho a la educación, a la salud, a la recreación y a la vejez digna, entre tantos temas que debemos resolver. Dicho todo lo anterior queremos invitarlos a seguir compartiendo con nosotros en este desafiante reto que es convertirse en un medio nacional y cubrir a todos los equipos de la división. Nuestros agradecimientos a nuestros lectores, seguidores, colaboradores y a las radios que han ido confiando en este proyecto, que se prepara para afrontar nuevos desafíos.
