Se puede entender que un futbolista se retire caliente de la cancha y que no quiera emitir declaraciones. Está en su derecho. Sin embargo, cuesta mucho más comprender cuando desatan su molestia por malos resultados contra personas que solo buscan cumplir su trabajo.
Nicolás Peric fue consultado sobre la derrota de su equipo, Rangers, ante Unión San Felipe en Talca, por 3 a 2 y su salida fue acusar al periodista que le planteaba la interrogante, de “mala leche”. Escuche.
El auditor juzgará, para nosotros bastaba con decir que no iba a hablar.
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